En menos de una semana desde que se firmara el acta de replanteo para la construcción del colegio Regina Violant de Almassora, la empresa adjudicataria comenzó ayer con el vallado de los terrenos del antiguo campo de fútbol la Garrofera donde se alzará el centro educativo. Un paso más que anuncia el fin a diez años de clases en barracones y, a su vez, cumple con las reivindicaciones que ha llevado a cabo la comunidad educactiva desde hace años.
El pasado martes, los técnicos municipales y autonómicos firmaron el acta de comprobación del replanteo que determinaba, desde ese día, la fecha de inicio del plazo de ejecución para la construcción del colegio Regina Violant. Ese trámite supuso el comienzo del descuento del plazo de
ejecución de 18 meses de los trabajos y la empresa adjudicataria de las obras, la valenciana Torrescámara y cía S.A., procedió durante el día de ayer al vallado del espacio.
Desde el consistorio informaron que durante estos primeros días se va a trabajar en la instalación de las casetas de material y herramientas y en comenzar los trabajos tras las mediciones topográficas realizadas a principios de año. Se picará el suelo y se marcará las señales para, a finales de semana y principios de la siguiente comenzar ya con los trabajos. Además, la empresa tiene que desalojar todas las cosas que hay en el pabellón el cual se utilizará por los alumnos del centro para realizar actividades deportivas durante el horario escolar y, por la tarde, estará abierto a los usuarios del pabellón.
El proyecto del construcción del Regina Violant tiene un presupuesto de 5.169.399,62 euros con cargo a las arcas autonómicas para definir un colegio de tres líneas educativas formadas por 9 unidades de Infantil, 18 de Primaria y un comedor escolar, un proyecto diseñado por los técnicos municipales para afrontar una construcción pendiente desde el verano de 2006.
La firma del acta de replanteo de la semana pasada se produjo diez días después de que el Ayuntamiento de Almassora recibiera la notificación con la designación de los técnicos municipales como responsables de la dirección de obra, un nombramiento firmado por el secretario autonómico, Miguel Soler, que suponía el principio del fin a una década de actividad en barracones. Este trámite, a su vez, tuvo lugar tras recibir el beneplácito del Consell al informe elaborado por Intervención para la Dirección General de Presupuestos que confirmaba la solvencia económica municipal para ejercer estas funciones..
