El presidente de la Junta de Festes, Juanvi Bellido, llevó ayer su enfrentamiento con el ayuntamiento al juicio que se celebró por un presunto delito leve de amenazas a una funcionaria del Patronat, y esbozó que la querella es una especie de montaje que han pergeñado la regidora de Festes, Sara Usó, y el Patronat (consistorio) para forzar su marcha. Negó las palabras por las que se juzgó y acusó a Usó de haber «pedido mi cabeza», mientras su abogado mencionó las fricciones existentes entre ambas partes con la remodelación de la Junta. La concejala declaró como testigo y ratificó que escuchó las afirmaciones de Bellido.
La jueza de la sala negó la comparecencia de dos testigos planteados por el letrado de Bellido -Fernando Torrent y José Iturralde-, y de la acusación aceptó la de Usó y rechazó la de José Miguel Rebollo, esgrimiendo que no tenían relación con los hechos.
La funcionaria ratificó que Bellido le amenazó con que «me iba a arruinar la vida a nivel personal y profesional». Según relató, se encontraba en un despacho del consistorio cuando recibió la llamada de Bellido en la que tras advertirle «que no seguía los criterios correctos» contestó con las citadas amenazas, continuó. En ese momento, agregó, había entrado Usó, quien, según la afectada, atendió las afirmaciones del presidente de la Junta al tener el «teléfono en manos libres».
A. M. C. G. señaló que hasta ese día habían existido divergencias pero dentro de una relación «correcta y profesional». A preguntas de su abogado -procedente del ayuntamiento-, la empleada municipal aseguró que Bellido trasladó que estaba dispuesto a facilitar «datos erróneos al Patronat» para «echarnos». «Quería cargarse el Patronat», explicó.
Bellido, que estuvo arropado en la vista pública por una decena de integrantes de la Junta, manifestó que mantuvo una discusión y que se disculpó por la misma pero negó la expresión que se le imputa. Sostuvo que había diferencias con la funcionaria porque ella «sabía de leyes pero no de fiestas».
Puso de manifiesto disensiones con la concejala de Festes, subrayando que la edil le tiene «animadversión» y que ha exigido su marcha. De esta forma, intentó hacer ver que la denuncia ha sido ideada en falso por el Patronat para que abandones la Junta.
La regidora aseguró que escuchó «claramente» las amenazas y afirmó que tiene una «buena relación» con Bellido.
La defensa proyectó la pugna entre ayuntamiento y el Patronato y mencionó la paralización de las dos destituciones planteadas e informaciones de Levante de Castelló. Expuso que la denuncia está «llena de generalidades y contradicciones» y que carece de fuerza incriminatoria. La acusación reclama una sanción de un mes por razón de 25 euros al día más 2.000 euros por daños morales. El fallo podría hacerse público en el plazo de dos semanas.
Marcha de la gerente
La gerente del Patronat de Festes dejará en agosto su puesto y volverá al área de Servicios Sociales ante la falta de medios. Ha permanecido seis meses en comisión de servicios y hace tiempo que decidió que no continuaría.
