Patatas de calidad, aceite de oliva y sal. Pocas veces ingredientes tan humildes han conseguido trascender para convertirse prácticamente en un emblema para una ciudad. Es el caso de Papas García. Desde su nacimiento, en 1982, ha sabido crecer y adaptarse a los nuevos gustos de los consumidores sin perder su esencia.

«Javier, que entonces era mi novio, y yo empezamos haciendo patatas», explica Yolanda Cosín, alma mater de la empresa junto con su marido, Javier García. Según cuenta, «los sábados y los domingos por las mañanas hacíamos también churros, buñuelos y figues albardaes y, aunque son productos que aún mantenemos, también hemos ido ampliando en función de la demanda de nuestros clientes».

La firma, que se creó hace ahora 34 años, ha ofrecido sus fritos artesanos a cuatro generaciones de castellonenses desde su local de la calle Asarau, primero en papelinas y luego ya en envases. «Al principio teníamos el obrador en la propia tienda pero en la década de los 90, al crecer la demanda, decidimos sacar fuera la fabricación de la patata y compramos la nave situada junto a la antigua N-340», indica Yolanda.

Según reconoce, «el hecho de tener allí todo lo que es la patata y aquí en la tienda la elaboración del fruto seco es una ventaja porque, por ejemplo para las personas que son alérgicas, supone una garantía de que la patata no ha estado en contacto ni con harinas ni con otros productos, por lo que pueden consumir Papas García sin problemas».

Patatas fritas, cacahuetes y almendras son, por este orden, los productos que más demandan sus clientes. Además, todos los sábados por la mañana entre los meses de noviembre y mayo también elaboran figues albardaes y buñuelos de viento. «Hay personas, sobre todo gente mayor, que no podían comer figues porque les resultaba incómodo y decidimos elaborar unos buñuelos de manzana que están gustando mucho», afirma Yolanda.

En cuanto a los productos más demandados por los clientes, junto a los fritos más clásicos, las nuevas variedades de patatas fritas también están teniendo muy buena acogida. «Nosotros no ponemos sabores, sino que trabajamos directamente con productos como el pimentón de la Vera, el orégano, la pimienta, el ajo o el perejil, que es lo que añadimos», recalca Yolanda, que insiste en que «al final es el consumidor quien tiene que opinar». «Ponemos nuestros nuevos productos en la tienda y, si vemos que algo no gusta, lo retiramos. Pero siempre intentamos tener los mejores productos y trabajar con las mejores materias primas», añade.

Elaboración artesana

Pese al incremento que ha experimentado su producción para satisfacer la creciente demanda, la firma sigue elaborado sus fritos de forma totalmente artesana. «Nuestro secreto es la calidad de los ingredientes con los que trabajamos y luego la elaboración diaria del producto, para ofrecerlo siempre recién hecho», indica Yolanda. En cuanto al origen de sus materias primas, destaca que «priorizamos el producto de Castelló y luego el de origen nacional». Además, en la tienda también se comercializa desde la misma marca de aceite con la que fríen sus patatas hasta la sal o el pimentón que les echan antes de embolsarlas para ser distribuidas en el mercado.

En este momento los productos de Papas García se sirven en numerosos establecimientos de la provincia, así como en algunos puntos de gastronomía gourmet de Valencia y algunas grandes superficies. «También hacemos envío bajo pedido a casas particulares», dice Yolanda. Según cuenta, «hay gente que o bien se ha marchado a vivir a otra ciudad o han conocido nuestros productos y les han gustado y nos piden que se los enviemos». El pedido mínimo es de una caja, que incluye 20 bolsas de papas. La firma también prepara cestas especiales por Navidad, que incluyen un surtido de productos variable en función del presupuesto del cliente. «Hemos preparado desde pedidos para empresas que quieren hacer un regalo por Navidad a sus empleados hasta bandejas para particulares», comenta Yolanda. Tanto para ella como para Javier, «tras más de tres décadas al frente de Papas García lo más importante sigue siendo ofrecer un producto de calidad y recién hecho, casi como en casa».