El festival Electrosplash de Vinaròs ha superado los 10.000 asistentes a lo largo de sus tres días de celebración. Así lo confirmó ayer la organización del evento musical, que valoraba positivamente la tercera edición del festival.

La organización destaca que se ha superado la cifra de asistentes con respecto a la edición anterior, y ha alcanzado su record con 10.000 asistentes entre los que cabe destacar, un 8% procedentes de otros países tales como Finlandia o Canadá.

Así, el director del festival, Vicente Salvador, dijo que «año tras año seguimos creciendo como nos gusta, con paso firme y sin buscar grandes aglomeraciones. Queremos que los 'splashers' puedan disfrutar de cada rincón y cada vivencia al máximo, pudiendo sentirse libres, sin apenas colas, y pudiendo participar en todas las actividades gratuitas del área 'beyond music' que se han llevado a cabo tanto en la playa como el recinto».

Además, Salvador quiso destacar la ausencia de incidencias, una situación, «que hace que nos enorgullezcamos del espíritu 'splasher' que siempre abanderamos y que sin duda, nos llena de fuerza para comenzar ya a trabajar en la edición 2017», apuntó Salvador.

El director del Electrosplash también hizo una valoración de los artistas y grupos que han participado, «con un cartel compuesto por más de 70 artistas» y Salvador apuntó que desde la organización «tenemos claro que nuestra mayor seña de identidad es la calidad, aunque ésta se aleje de los circuitos más comerciales».

Impacto económico

Por otro lado, Salvador también quiso destacar que este festival ha generado 450 empleos, directos e indirectos.

El Electrosplash no sólo ha tenido un importante impacto económico en Vinaròs, sino en municipios del entorno en lo referente a la oferta hotelera, como Peñíscola, Benicarló o Sant Jordi.

Los «splashers» también se han dejado ver en los comercios, restaurantes, cafeterías y pubs de la ciudad, lo que también ha sido valorado positivamente por la organización de este festival, de ahí que Salvador dijera que «nada nos llena más, que ver comercios, restaurantes y alojamientos repletos de gente descubriendo Vinaròs, apreciando su gastronomía, y disfrutando de sus playas».