Gran parte de las aceras de la segunda avenida de la playa de Nules no están pavimentadas. De hecho, concluir su urbanización es una de las principales reivindicaciones de los vecinos, aunque según confirmó el concejal de Urbanismo, Adrián Sorribes, en el ayuntamiento, en la actualidad, no existiría capacidad inversora suficiente para asumir un proyecto presupuestado en 350.000 euros.

Así se lo manifestó el edil a los portavoces de la Asociación de Vecinos de la playa con los que se reunió la semana pasada. En este encuentro les manifestó que la intención del equipo de gobierno pasaría por dividir las actuaciones por fases, en principio por manzanas. Esta propuesta evidenciaría que la pavimentación no se completará a corto o medio plazo, por lo que el propio Adrián Sorribes señaló que «les hemos planteado a los vecinos que sean ellos los que nos digan cuáles son las prioridades». De este modo su intención sería potenciar la implicación vecinal, motivando a los residentes de la playa «a que se pongan en contacto con la asociación» porque su intención sería «darles protagonismo» en todo lo que tendría que ver con la gestión de las necesidades de la playa ante el consistorio.

Por otra parte, Sorribes criticó el modo en el que se había realizado la pavimentación de aceras en el casco urbano marítimo en la legislatura anterior. El edil afirmó que «no se hizo ningún proyecto de calle, teniendo en cuenta desagües, tuberías o alcorques», llegando incluso a asegurar que algunas de estas zonas reservadas para la plantación de árboles «están sobre línea de media tensión, por lo que no se pueden plantar».

El portavoz del PP y ex alcalde, Mario García, confirmó que no existía un proyecto global para la urbanización de las aceras «porque lo que se planteó fue ir haciendo pequeñas inversiones a medida que se contaba con capacidad económica», pero sí que había una memoria general. Además, resaltó que este proyecto se desarrolló en colaboración con los autónomos de la localidad, que se encargaban de ir ejecutando las obras, dado que de haber planteado una actuación más grande y con más presupuesto «los pequeños empresarios no habrían podido optar».

A pesar de no existir un proyecto global, lo que sí había era un presupuesto de lo que costaría completar la pavimentación de toda la segunda avenida, que alcanzaba los 350.000 euros, una cantidad a la que también hizo referencia Adrián Sorribes que, de hecho, se escudó en la falta de capacidad económica para poder abarcar a corto plazo esta inversión, señalando que «la partida general para este tipo de actuaciones en la playa, en Nules y Mascarell es de 200.000 euros».

En cuanto a las críticas de Sorribes sobre la manera en que se ejecutó la pavimentación durante su gobierno, Mario García aseguró que «eran los técnicos municipales los que se encargaban de describir cómo debía desarrollarse la obra y cuánto iba a costar, para poder adjudicarla a los autónomos». También recordó que en cada tramo «intervenía FACSA, a cuenta de la reserva presupuestaria que deben destinar a realizar obras de interés general para el municipio».