El holandés Tom Dumoulin, «La mariposa de Maastricht» voló ayer como el viento en la contrarreloj entre Bourg Saint Andéol y La Caverne du Pont D'Arc, de 37,5 kilómetros, en una jornada de lágrimas en recuerdo de las víctimas de Niza que reforzó el liderato de Froome.

Dumoulin, el gigante que a punto estuvo de ganar la Vuelta a España 2015, se lució e impidió una nueva exhibición de Froome, a quien se impuso por 1.03 minutos. Al tercer lugar se encaramó por sorpresa el campeón portugués Nelson Oliveira, a 1.31.

En la lucha por la general, el ganador fue Froome, impotente para dar alcance a Dumoulin, pero capaz de alejar a sus rivales directos, sobre todo a Nairo Quintana, a quien metió 2.03 minutos. Un buen mordisco al colombiano, a merced del viento huracanado que marcó la crono.

Salvaron el tipo Valverde, a 1.45 de Froome y el holandés Mollema, que se sube a la segunda plaza de la general a 1.42. También dio la talla el joven Adam Yates, maillot blanco, en puesto de podio a 2.45.

Así pues, se empiezan a complicar las cosas para Quintana, cuarto a 2.59. El de Cómbita se agarra a que «queda mucha montaña», pero ya se aleja peligrosamente. Quien no se descuelga es su compañero Valverde, que le sigue a 3.19, con ganas de repetir el podio del año pasado.

Fue extraño vivir sin megafonía, sin animación, sin entusiasmo convertido en aplausos el goteo de ciclistas que iban llegando a La Ceverne de Pont D'Arc. El recuerdo del atentado de Niza apagó el volumen, pero no el espíritu del Tour, que apostó «por no doblegarse a los que tratan de cambiarnos la forma de vivir», según afirmó su director, Christian Prudhomme.

«No sé cómo no he salido volando»

«Purito» Rodríguez no se explicaba al final de la contrarreloj «cómo no había salido volando» en una jornada de viento huracanado que le llevó a perder 4.46 minutos. «Con este viento no podía ni ir encima de la bicicleta. Peso 58 kilos, no sé cómo no he salido volando», señaló el catalán, el líder del equipo Katusha que no podrá pelear por el podio en París.