763 días han pasado desde que el actual gobierno local de Castelló comenzara su mandato. Ayer, la primer edil, Amparo Marco, acompañada por el vicealcalde, Enric Nomdedéu, y la mayor parte de los ediles del ayuntamiento, hizo balance de este primer año, del que dijo que habían cumplido con los objetivos generales «con creces».

La alcaldesa hizo especial hincapié en la gestión económica desarrollada por el equipo de gobierno en este último año. Marco destacó que se había alcanzado el mayor superavit presupuestario, con 22,6 millones de euros y se habían invertido hasta 19 millones de euros en la ciudad, reduciendo, además, la ratio de endeudamiento del 80 % al 50 %. En este sentido, Marco insistió en la «apuesta del equipo de gobierno por el impulso del empleo y la promoción económica». También tuvo palabras la alcaldesa para la política de transparencia, el impulso de la participación ciudadana o el nuevo modelo de organización urbana, «consensuado con la ciudadanía para que no volvamos a las sentencias anulatorias».

También incidió en el cambio en la gestión de la ciudad respecto al anterior equipo del gobierno del PP. «Hemos conseguido reorientar el desgobierno municipal después de 24 años de inercias, desidia y prepotencia y lo hemos hecho gestionando el dinero público con transparencia y austeridad, administrando mejor el dinero de todos y dando ejemplo a la ciudadanía». Marco puntualizó que el primer año había «sentado las bases para el gran cambio de Castelló, que se completará en 2019».

Por su parte, el vicealcalde de Castelló, Enric Nomdedéu, recordó que Castelló había sido gobernada durante 24 años por el Partido Popular con mayorías absolutas lo que, a su entender, había supuesto «un sistema de trabajo, y una organización funcionarial al servicio de esa manera de trabajar poco transparente, poco eficiente y no siempre suficientemente respetuosa con los procedimientos administrativos pautados, a nuestro entender».

Autocrítica

Pero no fueron todo frases de autocomplacencia. La alcaldesa admitió haberse precipitado en alguna de las actuaciones desarrolladas en este primer año de gestión. «El ímpetu de querer hacer las cosas lo antes posible para que todo el mundo se beneficiase ha determinado que hayamos cometido errores», refiriéndose a la rebaja de la presión fiscal y la política de desahucios. En este sentido, insistió Marco en que en este último año «ninguna familia de Castelló se ha quedado en la calle por un desahucio». Y a este respecto lamentó el estado en el que se encontraban algunas viviendas sociales, y además criticó que no existiera un registro de estas viviendas.