En este serial sobre los olímpicos de la provincia de Castelló que arranca hoy, hay un nombre sobre el que se debería estar hablando en presente y no en futuro, ni en pasado. Ése es el de Sebastián Mora, el pistard vila-realense, que verá los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro por la televisión, a pesar de haber sido oro europeo en madison y scracht y haber conseguido el bronce y el oro mundial, respectivamente, en ambas modalidades. De momento, se debe conformar con el recuerdo de su experiencia en Londres 2012, dentro del equipo de persecución y empezar a pelear para estar Tokio 2020.

«Es una desilusión no poder estar porque, a nivel deportivo, siempre es lo máximo. Pero el formato de clasificación ha cambiado mucho y habrá que trabajar para que no vuelva a suceder», explica Mora. «Pero, desde el momento en que sabía que no me podía clasificar, he preparado otras pruebas, aunque hubiese sido un cierre redondo de año haber estado en los Juegos de Río», comenta.

Y es que, con el momento de forma en el que se encuentra Mora, no es descabellado pensar que hubiera podido mejorar la sexta plaza (diploma olímpico) que logró con el equipo de persecución hace cuatro años en Londres. Pero la no disputa de la persecución individual y del scracht, le restó posibilidades de estar en Río, que desaparecieron cuando el equipo de persecución no logró billete a los Juegos. Por ahora, debe tirar de memoria para explicar su experiencia olímpica.

«Dos años antes de Londres, ya comenzamos a trabajar para conseguir nuestro primer objetivo, que era clasificarnos para los Juegos Olímpicos. Una vez allí, el segundo objetivo era mejorar el récord de España y lo conseguimos, después de correr en menos de cuatro minutos», explica Mora. «Fuimos diploma olímpico y logramos el récord nacional. A nivel deportivo, la experiencia fue muy buena», añade.

Antes de viajar

Pero la experiencia no sólo fue satisfactoria en el terreno deportivo. También en el ámbito personal, Sebastián Mora guarda buenos recuerdos, incluso de antes de viajar a Londres. «Me acuerdo de cuando nos llegó la ropa que debíamos vestir en los Juegos. Cada uno en su casa se la puso y empezamos a mandarnos fotos los unos a los otros para ver cómo nos quedaba», rememora el vila-realense. «Luego, una vez en la Villa Olímpica, intentábamos no descentranos, pero al final hacía cosas no habituales por la situación en la que estabas. Te comportabas de una manera especial», destaca Mora. «La vivencia de la Villa Olímpica es única, sobre todo porque compartes experiencia con deportistas de toda clase de especialidades», señala el pistard provincial.

Además, su estancia no se terminó después de su participación en el velódromo londinense. «Nos quedamos un par de días más después de competir. Aprovechamos para atracar todos los bufetes del comedor, que era muy grande, y la noche después de participar en nuestra prueba nos quedamos hasta tarde en le comedor y en la sala de multijuegos. Cuando ya había oscurecido, estuvimos dando vueltas por la Villa Olímpica. Estaba todo muy bonito», recuerda Sebastián Mora.

Pero Mora no renuncia a que Londres 2012 sea su única experiencia olímpica dentro de su carrera deportiva. «A esta alturas de mi carrera, ¿qué es lo que más me puede motivar? Volver a unos Juegos es lo máximo. Además, ya tuve una experiencia en Japón como profesional y la verdad que sí que hay ganas de poner la guinda a mi carrera profesional en Tokio», concluye.