Tenían que ser los Juegos de España porque se celebraban en casa y se llegaba con muchas esperanzas después de haberse conseguido la medalla de bronce en el Europeo de 1991. Pero la ilusión pronto se convirtió en decepción y el fracaso fue inevitable ya que la selección española de baloncesto que participó en la cita olímpica de Barcelona en 1992 solo ganó un partido de la fase de grupos -de forma muy ajustada y en los últimos minutos- y acabó en la novena posición de doce.

En el equipo nacional militaba el ala-pívot castellonense Juan Antonio Orenga, por aquel entonces jugador de Estudiantes. Junto a él, otros de la talla de Jordi Villacampa, Alberto Herreros y Epi, quienes vivieron en primera persona uno de los capítulos más amargos que se recuerda en la historia del baloncesto español y que supuso un antes y un después para la selección: el Angolazo.

España había quedado encuadrada en el mismo grupo que Alemania, Brasil, Croacia, el Dream Team y Angola. Se clasificaban para cuartos de final los cuatro primeros, un objetivo que parecía fácil y al que España aspiraba debido a la trayectoria que arrastraba en los últimos torneos. Pero todo salió al revés.

La selección del malogrado Díaz Miguel debutó con derrota ante Alemania (74-83) y después ganó por los pelos con un tiro libre en los últimos segundos a Brasil (101-100). Estas dos actuaciones, como era de esperar, aumentaron las críticas vertidas sobre el seleccionador nacional por haber confeccionado una convocatoria para los Juegos Olímpicos plagada de cambios y que generaba ciertas dudas. Así que a España no le quedaba otra que intentar cambiar su imagen en los siguientes encuentros para conseguir sellar su pase a cuartos.

Croacia fue el rival en el tercer partido y, pese a ser el mejor de la selección, se acabó perdiendo de igual modo (79-88). Todo quedaba por decidirse en el choque contra Angola, cuarto de la fase previa. Y fue ahí donde se produjo la debacle. España necesitaba ganar para meterse en la lucha por las medallas porque en la última jornada esperaba unos inalcanzables Estados Unidos, pero acabó sonrojada por una selección que dio la sorpresa y acabó ganando de 20 puntos (63-83).

La crisis sería más fuerte si cabe dos días después cuando la selección cerraba su participación olímpica con otra abultada derrota ante el Dream Team (81-122), un partido que Orenga recuerda a la perfección y con cierta nostalgia ya que no todos los días uno puede decir que se ha enfrentado a los mejores jugadores del mundo: «En aquel partido, al poco de salir desde el banquillo le hice una falta un poco fuerte a Bird. Me dijo algo y pensé: 'Igual me ha insultado pero bueno, si lo ha hecho, me ha insultado Larry Bird, que es un mito'. Eran tan buenos y tenían tal superioridad física que manejaban el marcador y el partido como querían».

«Me acuerdo que en un tiempo muerto, cuando solo perdíamos por 15 o así, Pippen dijo en voz alta: 'Oye, que solo ganamos por 15'. Apretaron un poco y en tres minutos se fueron a 25 o 30. Y, por si había dudas, se acabó el partido», añade el castellonense.