Carolina Bescansa, diputada por Podemos, llevó a su hija al Congreso de los Diputados en la sesión de constitución de la pasada legislatura. Vera no tiene un padre ni una madre tan conocidos, pero también sabe, desde que ha nacido, cómo es la vida de un político, en este caso vocacional.
Vera es la hija del alcalde de Atzeneta del Maestrat, Santiago Agustina. Nació el pasado 13 de junio y desde hace unos días empieza a sentir y conocer cuál es el día a día de su padre en el Ayuntamiento de Atzeneta. La diferencia es que su padre no cobra como un diputado y dedica tantas horas o más. Y lo hace con el carro de Vera a su lado. Entre llamada de teléfono, despacho con el secretario o atención a vecinos Santiago le da el biberón o hace todo lo posible para que se duerma. Vera ya conoce al Agente de Empleo y Desarrollo Local, ya sabe quiénes son los concejales, la arquitecta o los administrativos. Mientras duerme, patalea o pide comida escucha «cosas» sobre cambios de aceras, depósitos de agua, líneas de alta tensión, vados o subvenciones?
Santiago tiene claro que él y su mujer van a repartirse la atención y el cuidado de su hija día a día. Y lo llevan a la práctica. El alcalde vive en una masía del término municipal y mientras desempeña su labor en el ayuntamiento su hija está en sus brazos o en el carro. «Se espabilará», comentan los concejales que cada día dedican sus horas a atender los problemas cotidianos del municipio. Vera, aunque no los vocalice, ya los debe intuir.
Entre los empleados municipales y ediles la presencia de Vera ya se ha convertido en algo habitual en el día a día del municipio. Lo mismo les sucede a los vecinos que piden cita con el alcalde. Y lo cierto es que la pequeña se ha habituado a sus horas entre expedientes y llamadas.
La conciliación es una realidad en Atzeneta, un municipio de 1.500 habitantes que cuenta con ludoteca, Escola Matinera o escuela de verano para que los padres y madres lo tengan más fácil con sus hijos. El alcalde da ejemplo.
