Manuel Illueca, director del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), aseguró ayer en Elche que la venta del crédito que concede la mayoría accionarial del Elche CF continúa su curso, a pesar de la reapertura del proceso sugerida por la Comisión Europea, y confía en que la entidad pueda contar con un nuevo consejo de administración en el mes de octubre.
El máximo responsable del banco de la Generalitat se entrevistó en el Ayuntamiento con el Gobierno municipal para explicarles la hoja de ruta que seguirá el IVF tras haber anunciado que el protocolo de venta del crédito debía volver a comenzar al conocerse en mitad del proceso la sanción de Bruselas por ayudas ilegales.
Illueca, que estuvo acompañado en su comparecencia por el alcalde de Elche, Carlos González, indicó que su deseo era haber anunciado ya «la adjudicataria del crédito», pero justificó la apertura del proceso al recordar que algunos de los ofertantes no conocían la sanción de Bruselas que ha recaído sobre el club.
«Los que están en la parte final del proceso pueden pujar con una información diferente a la que tenía el resto», apostilló. «Valoramos que diez días más no retrasan en nada la venta y que vale la pena esperar», reiteró.
El director del IVF cifró la sanción en 4,1 millones de euros y desveló que ninguno de los dos grupos que había presentado ofertas concretas por el crédito se va a retirar de la puja pese a tener conocimiento de esta multa.
«Tienen mi compromiso de que el día 5 de agosto, como máximo, anunciaré el nombre del adjudicatario», indicó Illueca, quien insistió en que el nuevo plazo «no retrasará la venta, sino le dará validez jurídica».
Sin peligro
«La venta del Elche no está en peligro y no tiene vuelta atrás », afirmó Illueca, quien confirmó que el IVF ejecutó la prenda de las acciones de la Fundación, tal y como había aprobado el Consell. En cualquier caso, Illueca indicó que el nuevo plazo «no es malo para el Elche, porque puede permitir que aparezcan nuevas ofertas que mejores las anteriores», aunque admitió que «hemos tenido la mala suerte de que la sanción ha caído en mitad del proceso».
