El Villarreal arruinó a última hora un partido que había aprobado con nota hasta ese momento. El submarino dominó con claridad en un duelo en el que, un despiste a última hora ya en el descuento, permitió a Juanmi empatar para la Real Sociedad después de que los amarillos transmitieran buenas vibraciones y dominaran con comodidad en su primer test serio del verano. Pero la falta de acierto de cara a gol penalizó al Villarreal y le dejó sin su tercer triunfo en tres partidos de pretemporada.

Sin Jaume Costa, que se quedó en Vila-real por problemas físicos, ni Musacchio, al que Marcelino García protege a la espera de que se concrete su traspaso al Milan, el Villarreal saltó al terreno de juego con un once mucho más cercano al que debería ser el titular en Liga que el que mostró en los dos amistosos anteriores. Con la única ausencia notable de Bruno, que mañana volverá a los entrenamientos, Marcelino improvisó con Rukavina como lateral izquierdo y contó con N'Diaye como pareja de baile de Víctor Ruiz en el eje de la zaga. Trigueros y Jonathan dominaron en la zona de creación, ante una Real Sociedad muy espesa a la hora de generar juego. Destacaron en las bandas Alfonso Pedraza y Samu Castillejo, que estuvieron muy activos, ambos con muchas ganas de gustar.

Desde pronto, el Villarreal se adueñó del ritmo del partido y del control del balón y, con esa inercia dominante, fue acumulando ocasiones.

Un balón peinado de Mario tras un córner, en el minuto 6, fue el primer aviso. Soldado sumó el primer disparo a puerta para el Villarreal en el 15, tras un pase de N'Diaye. Toño se vio obligado a intervenir para evitar el tanto. La siguiente jugada amarilla terminó con el tanto de Bakambu. Un duro disparo desde la frontal, con efecto, hizo inútil la estirada de Toño.

Igualada a última hora

Perdida en la tormenta la Real, el submarino siguió acumulando ocasiones. Pedraza vio como Toño le sacaba un disparo a bocajarro y Castillejo desaprovechó un mano a mano con el guardameta realista. En la reanudación se produjo la habitual avalancha de cambios. Mutó por completo su imagen el Villarreal, que se plagó de hombres del filial. Afif y Mario González asumieron la responsaiblidad ofensiva y sólo la falta de acierto evitó que anotaran el segundo. El catarí incluso estrelló un balón en el larguero. Se estiró la Real, pero fue incapaz de generar peligro real. El juego se espesó y, a última hora en un despiste de la zaga amarilla, Juanmi empataba y dejaba helado al Villarreal, a pesar de las buenas sensaciones.