El incremento en 15.000 euros anuales del contrato de fumigación de mosquitos, la inversión de 20.000 euros para desarrollar el primer plan biológico, la fumigación -por primera vez- del cauce del río Seco y el impulso de una ordenanza que regula las actuaciones en el ámbito privado, son algunas de las medidas que ha puesto en marcha durante el último año el Ayuntamiento de Castelló para conseguir controlar al máximo las poblaciones de mosquitos y otros insectos que generan insalubridad en la ciudad.

Desde el consistorio explicaron que, gracias a estas iniciativas y a las condiciones climatológicas que se están dando este verano, durante los meses de junio y julio ha disminuido de forma notable la población de mosquitos tigre en la capital de la Plana, así como el número de llamadas de la ciudadanía para alertar de la presencia de focos de mosquitos.

Un año de actuaciones

El Plan integral de lucha contra el mosquito tigre se inició en julio de 2015, cuando la ciudad, y toda la zona de costera de la provincia sufrió una plaga de estos insectos. La Concejalía de Salud Pública, dirigida entonces por Sara Usó y actualmente por Mary Carmen Ribera, comenzó entonces una serie de actuaciones para evitar el desarrollo de las poblaciones larvarias del mosquito tigre, sobre todo en las zonas más húmedas como la Marjaleria y el Grau.

En concreto, se llevó a cabo un incremento de los trabajos de desinsectación, se potenció la coordinación con otros ayuntamientos como el de Benicàssim para trabajar conjuntamente en la fumigación de las zonas adyacentes de los dos municipios y se organizaron charlas informativas para los vecinos de la ciudad.

Así, desde el consistorio recordaron que «todos estos trabajos que se iniciaron el verano pasado, se han intensificado desde el pasado mes de abril, cuando los operarios iniciaron trabajos diarios de fumigación, sobre todo en las zonas abiertas y con aguas estancadas». Estos tratamientos han consistido sobre todo en el uso de larvicidas, con la finalidad de que las larvas no explosionen y se conviertan en mosquitos adultos, mientras que se han tenido que realizar muchos menos tratamientos adulticidas.

Por otra parte, el consistorio también ha fumigado el cauce del río Seco por primera vez, garantizando el tratamiento en una zona muy conflictiva. Esta medida se ha podido llevar a cabo tras solicitar la autorización de la Confederación Hidrográfica del Júcar y la ha costeado el ayuntamiento.

Como consecuencia de todas estas actuaciones, tanto los técnicos municipales encargados del control de este tipo de plagas como los responsables de la empresa que realiza los tratamientos, han constatado que este verano ha descendido de forma notable la presencia del mosquito tigre en la capital de la Plana y el número de expedientes abiertos respecto al año pasado.