La residencia Virgen de la Soledad de Nules ha hecho un llamamiento a la solidaridad. En concreto, desde la parroquia de San Bartolomé y San Jaime, que forma parte de la junta, se invitó recientemente a los feligreses que estuvieran interesados a convertirse en voluntarios para acompañar o asistir en tareas básicas a las personas mayores que viven en estas instalaciones, dado que todas las manos son pocas a la hora de dignificar la vida de los ancianos más dependientes.

En la actualidad, la residencia cuenta con la colaboración de cuatro voluntarios, dos hombres y dos mujeres, que desempeñan tareas muy diversas desde hace tiempo, aunque fundamentalmente, como explicó Araceli Masiá, una de ellas y a su vez miembro de la junta, se dedican a «dar de comer, acompañar o dar conversación a los residentes».

Masiá aseguró que el geriátrico cuenta con un número suficiente de auxiliares para atender a todos los mayores, que en total suman 63, pero también incidió en que gran parte de ellos, aproximadamente unos 30, «son muy dependientes y para darles de comer hay que dedicar mucho tiempo y paciencia, porque tienes que estar pendiente de que mastiquen bien, que traguen o cuidar de que no se atraganten». De esta manera, los voluntarios desarrollarían una labor fundamental durante las cuatro comidas diarias que reciben los residentes.

Pero como en todas las labores reservadas para voluntarios, su participación depende del tiempo disponible, de la experiencia y de la predisposición de cada persona. Araceli Masiá expuso que, aunque se organizan los horarios para saber cuándo y en qué condiciones participa cada voluntario, lo cierto es que «todo depende de lo que cada uno pueda o quiera hacer». Así, además de darles de comer, también se les puede acompañar algún día a la semana en paseos por el exterior o, en el caso de los hombres, «podrían ayudar en las duchas» de los abuelos, por poner otro ejemplo.

Hay que tener en cuenta que de los 63 residentes, la gran mayoría son mayores de 80 e incluso 90 años. «Cada vez hay menos gente que pueda valerse por sí misma y más la que necesita de asistencia para hacerlo todo», aseguró Masiá.

Las personas interesadas en colaborar a hacer la vida de estos mayores más fácil solo tienen que dirigirse a la residencia, donde desde la dirección se les abrirá una ficha de voluntario y se les informará de las posibles tareas a realizar.