José Luis Ballester Tuliesa, más conocido como Pepote Ballester, nació en Vinaròs en 1968, pero pronto se afincó en Palma, por eso quizás sea uno de los deportistas de la provincia de Castelló menos conocidos. Pero su trayectoria en los Juegos Olímpicos no es una cualquiera ya que este regatista provincial estuvo presente en tres citas olímpicas y en una de ellas se hizo, nada más y nada menos, que con la medalla de oro.

Fue en 1996 en Atlanta, hasta donde Pepote Ballester y su compañero de aventuras, el canario Fernando León, llegaban con el cartel de favoritos en la categoría de tornado ya que en 1994 habían conseguido proclamarse Campeones del Mundo y, solo un año después, subcampeones.

Su imagen de aquel 29 de julio de 1996, con los puños en alto y saltando al agua del puerto Savannah pasó a la historia. «Aquello fue muy improvisado, fruto del momento y de la enorme alegría que teníamos, y porque es toda una tradición lanzarse al mar», explicaba el regatista nacido en Vinaròs en publicaciones del momento.

El camino hacia el oro olímpico había arrancado justo una semana antes para el dúo español con una primera actuación inmejorable, en la que se impusieron a todos los rivales, pero que fue anulada por los jueces. No sirvió el resultado, pero los españoles sí dejaron claro que iban a por todas.

Esta anecdótica victoria sería la única de todo el campeonato para Pepote y León, a quienes no les haría falta otra ya que verían premiada su regularidad. Y es que a ese primer puesto anulado se sumarían en las once regatas siguientes dos segundos puestos consecutivos, un cuarto y dos quintos, lo que les convertía en firmes candidatos a conseguir una de las medallas de la categoría. Los austríacos Hagara y Schneeberger y los australianos Booth y Landerberger acabarían siendo sus máximos oponentes.

Los resultados acompañaron en las siguientes pruebas, pero en la antepenúltima una descalificación por una maniobra fuera de línea a punto estuvo de acabar con toda sus ilusiones. Por suerte, los australianos cometieron el mismo error y todo quedó igual en la zona alta de la clasificación provisional. El vinarocense y el canario sabían que si mantenían la regularidad en la penúltima manga se asegurarían el oro matemáticamente. Y así acabó pasando porque los españoles fueron segundos y sus principales rivales, terceros.

«Al día siguiente ya no nos hizo falta salir a navegar y nos quedamos en tierra celebrándolo. Fue un final fantástico porque con nuestra trayectoria nos evitamos jugárnoslo todo el último día con el peligro que supone salir presionados«, recordaba. Finalmente, la pareja española sumó 30 puntos, por los 42 del dúo australiano y los 43 de los brasileños Gral y Pellicano, quienes conseguirían el bronce.

La convivencia en la Villa Olímpica con los jugadores de la selección española de baloncesto y el desfile inaugural son los otros dos momentos que nunca olvidará el exregatista vinarocense, que en Barcelona 1992 participó en la clase soling con el ahora rey Felipe VI y Alfredo Vázquez, acabando sextos y logrando un diploma olímpico.

La tercera participación olímpica del vinarocense fue en Sydney en 2000, donde formó pareja de nuevo con Fernando León pero donde todo les salió mal ya que semanas antes de competir un vendaval les rompió dos de las velas con las que iban a competir y las de recambio no les sirvieron en exceso (fueron novenos). Tras la cita olímpica de Sydney, y tal y como habían acordado por motivos familiares, Pepote se retiró.