El recorrido del Baltusrol GC, en Nueva Jersey, acoge desde hoy el último grande de la temporada, un Campeonato de la PGA adelantado por la disputa de los Juegos de Río de Janeiro y que contará, al contrario que la cita olímpica, con los mejores del mundo y dos españoles entre ellos, Sergio García y Rafa Cabrera Bello.

La Armada no falla a una ni otra cita. Tanto el borriolense como el canario estarán peleando por el oro en la cita de Brasil, con el golf como protagonista del 11 al 20 de agosto. No lo harán, entre otros, los cuatro mejores del mundo, por «culpa» del Zika mayormente, quienes se borraron de la cita.

El regreso del golf a unos Juegos 112 años después queda en segundo plano con el asaltó del Grand Slam. Para los nombres propios de los últimos años supone además la opción de salvar la temporada. Y es que pese a buenos momentos, ni Jason Day, Spieth y McIlroy estiraron su cosecha de grandes en 2016.

«Cuando se llega a un cierto nivel, si no ganas un major, la temporada va a ser en parte decepcionante lo mires por dónde lo mires», afirma en la previa el estadounidense Mickelson, ganador en Baltusrol de su único PGA. Después de brillar en el Abierto Británico, sin el premio de la victoria que se llevó Henrik Stenson, Lefty es otro jugador a seguir.

El zurdo de San Diego saltará sin la presión de parte de ese 'Big Four'. Las quinielas de hecho apuntan más a un doblete de Dustin Johnson, ganador del US Open y un pegador de los que se sentirán a gusto en el recorrido de Springfield. Day, número uno del mundo, defiende título en su último torneo importante del año.

Spieth y McIlroy centraron los focos el año pasado. El texano por sus números en los grandes -unos 1º, 1º, 4º y 2º que quedan lejos de los de este año-. El norirlandés por su parte reapareció tras lesión, pero ni en Whistling Straits ni este curso, el ganador de cuatro majors ha logrado su mejor versión.

Sergio suma cuatro «top 10» en el Campeonato de la PGA. El de Borriol disfruta de un gran momento, con buenas actuaciones en el British y en el US Open. Pese al runrún de los Juegos, nunca es mal momento para romper la sequía.