En casi todas las competiciones deportivas, al margen del fútbol, la figura del entrenador pasa bastante desapercibida. La mayoría de las miradas se centran en el papel que uno u otro deportista realizan en sus respectivas modalidades, pero en la grada suele haber una persona que sufre incluso más que los propios deportistas: los técnicos.

La provincia de Castelló, además de cuatro deportistas olímpicos -Pablo Herrera, Sergio García, Roberto Bautista y Pablo Torrijos-, va a tener dos entrenadores en Río en la cita olímpica de este verano. En ciclismo en pista el seleccionador nacional es Salvador Meliá, de la Vall d'Uixó, mientras que en atletismo, o más concretamente en la sección de lanzamientos, estará al frente el borrianense Toni Simarro.

«Generalmente la figura del entrenador está olvidada y se agradece poco nuestra labor, pero si no fuera por los entrenadores no habría deportista», comenta.

El entrenador del Club Atletismo Playas de Castellón lleva 35 años dedicándose a los lanzamientos y afronta su segunda cita olímpica tras participar hace cuatro en Londres. En aquella ocasión lo hizo junto a Frank Casañas y ahora repite de nuevo con Frank pero también con Lois Maikel Martínez. «El objetivo va a ser pasar la calificación con los dos lanzadores, pero en el caso de Lois, que viene en mejor forma, si es capaz de competir bien y hacerlo como él sabe debería ser finalista e, incluso, podría dar alguna sorpresa», explica.

Toni Simarro lleva toda la vida vinculado al atletismo y los buenos resultados obtenidos por sus atletas le han abierto las puertas de los Juegos Olímpicos. «Quizás hace diez años no pensara en que podía estar en una competición como esta, pero desde que empezar a venir deportistas de nivel a buscarme para que les ayudara te das cuenta de que hay una evolución y que todo es posible. A partir de ahí se puede decir que hay un recorrido que completamos el atleta y el entrenador juntos y eso es muy satisfactorio», apunta.

Simarro, que viajó el viernes pasado a Brasil junto al grueso de la expedición española, cuenta las horas que quedan para que sus dos lanzadores se pongan en marcha. Eso sí, reconoce que a esas ganas se le suman los nervios antes del arranque de una competición y más ahora tratándose de unos Juegos Olímpicos.