En la asamblea de la patronal castellonense se constató la magnitud del agujero económico cuando se informó de que ocho trabajadores de la organización la han demandado por impagos en las nóminas. Los empleados llevan sin cobrar desde hace cuatro meses. La gestora ha de pilotar el preconcurso de la CEC, que suma una deuda de 1,5 millones, con el objetivo de reducir sus cargas con los proveedores. El caso judicial podría abocarla en cuatro meses al concurso, ya que podía obligarla a reintegrar al Consell otros 1,2 millones. Ahora debe 600.000 a Cierval por una primera devolución de ésta de cursos investigados de la CEC.