El Ayuntamiento de Vila-real quiere poner a prueba la capacidad de compromiso de los vecinos de la ciudad con un proyecto experimental que consistirá en la instalación en una zona delimitada de nuevos contenedores de recogida de residuos en los que solo se podrá depositar basura orgánica, serán de color marrón, se vaciarán diariamente y las personas que forman parte de la iniciativa solo podrán utilizar las bolsas biodegradables que se les proporcionarán con este objetivo, comprometiéndose a dar un uso adecuado del nuevo servicio.

El objetivo no es otro que lograr reducir la cantidad de deshechos que llegan a vertedero, según defendió ayer el alcalde, José Benlloch y recuperar el máximo de basura posible, reduciendo alguno de los pasos que siguen los residuos en las plantas de tratamiento, dado que en el tradicional contenedor «se tira de todo».