Los problemas hídricos que sufre de manera periódica la provincia de Castelló contrastan con el bajo nivel de reutilización de las aguas residuales depuradas, la mayoría de las cuales se vierten en cauces o van directamente al mar. Castelló es, con diferencia, el territorio valenciano que menos aprovecha estos caudales, con un porcentaje de reutilización de apenas el 6 %.

En 2015, había en servicio 114 estaciones depuradoras en la provincia, que generaron 54,81 hectómetros cúbicos, equivalentes al consumo de 542.523 personas. Del total depurado, apenas se usaron de nuevo 3,3 hectómetros, mientras que los 51,6 restantes fueron a parar a lechos de ríos o al mar. En el caso de las aguas que se vierten en cauces, no hay un aprovechamiento directo, aunque sí indirecto porque contribuyen a la recarga de los acuíferos.

Los niveles de reutilización de aguas depuradas en Castelló son muy inferiores a los de Valencia y Alicante. En la primera, se sitúa en el 45 % y en la segunda roza el 30 %. Fuentes consultadas apuntaron como clave las reticencias de los agricultores castellonenses a utilizar para riego el agua depurada y su preferencia por la extracción del subsuelo a través de pozos.

El Plan de Infraestructuras Estratégicas (PIE) 2010-2020 de la Generalitat ya abordó el problema de la escasa reutilización de las aguas residuales depuradas. El documento subrayó que se trata de «una herramienta básica» y planteó ejecutar las instalaciones necesarias para incrementar el actual nivel de aprovechamiento e integrar las aguas residuales en un sistema global de los recursos hídricos. Para ello, incidió en la necesidad de mejorar las infraestructuras que conectan las depuradoras con los potenciales usuarios.

La actual consellera de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, Elena Cebrián, también se ha planteado como reto que la Comunitat Valenciana duplique la cantidad actual de agua reutilizada procedente de plantas depuradoras. En 2015, el 31% del agua depurada en la Comunitat (133 hectómetros cúbicos) fue tomada directamente de la planta depuradora para ser reutilizada, el 28% (122 hectómetros cúbicos) se reincorporó a los cauces naturales y el 41% (176 hectómetros cúbicos) fue vertida al mar. Por usos, la reutilización para fines agrícolas es la dominante, alcanzando el 97% del total.

Y dos desaladoras paradas

En Castelló se da el agravante de que permanecen bloqueadas las dos plantas desaladoras de Moncofa y Cabanes-Orpesa, que supusieron una inversión conjunta de casi 120 millones de euros. La entidad estatal Acuamed, que de forma periódica ha venido anunciando su puesta en marcha, admite no saber cuándo empezarán a aportar agua debido al rechazo de los municipios con los que firmó convenios para suministrarles. Las plantas han de entrar en funcionamiento en los próximos meses porque caducan los fondos europeos con que se financiaron.