El Castellón tuvo goles y poco más (y nada menos) en la primera parte. En la segunda mantuvo el acierto añadió juego asociativo. En total, en la primera y en la segunda, el equipo de Frank Castellón fue superior al Rayo Ibense, al que ganó merecidamente en el estreno liguero. El 4-1 definitivo en el exilio de La Serratella de Onda sirve para comenzar la Liga en el liderato.

El sol le comía el terreno a la sombra en el césped sintético del campo. Al Castellón, de entrada, le costó carburar. Se le vio seco. El partido avanzó escaso de ocasiones: los locales abusaron del juego directo y, cuando no, confundieron paciencia con lentitud. El Rayo Ibense minimizó riesgos. No sufría pero tampoco hizo sufrir. No tardó en pagarlo.

Porque sin fuegos artificiales ni alardes por el estilo, el Castellón marcó dos goles antes del descanso. Ambos a pelota parada. En el minuto 31, Arturo Navarro cabeceó un córner botado a la corta por Borja Gómez. En el 44, al filo del asueto, Alberto Ramos exhibió su fascinante técnica en el saque de banda. Anduvieron listos en el área los dos delanteros albinegros, hábiles como dos carteristas sabuesos en el metro. Yagüe tocó de cabeza y Fonte metió la puntera para batir al portero Marcos.

Cambio de sistema

El propio Fonte, con molestias musculares, fue el primer sustituido. La entrada de Lolo Ivars liberó a Borja Gómez, que se adelantó a la mediapunta. Con el nuevo dibujo, con un solo atacante, el Castellón mejoró. La circulación empezó a fluir, en superioridad en el medio. Marenyà, Borja e Ivars gobernaron la contienda con cuajo y finura, y alimentaron a los extremos, que se regalaron un festín ante un rival que a partir del tercer tanto se rindió y bajó los brazos.

A diferencia del primer acto, los goles locales del segundo fueron fruto de buenas combinaciones de los albinegros. En el minuto 64, para el 3-0, solo faltó la música que amenizara el baile. Un cambio de orientación de Marenyà oxigenó la secuencia de pases. Zarzo lo amortiguó para la llegada de Alberto Ramos, que prolongó de primeras hacia el punto de penalti. Yagüe solo tuvo que embocar a puerta vacía.

El cuarto llegó en el 74, en una de las numerosas arrancadas de Chema. El otro extremo, Javi Zarzo, recogió el centro raso y ajustició con serenidad a un vendido Marcos.

Con el partido sentenciado, el Castellón administró esfuerzos y se dejó llevar. En ataque se perdió en ocasiones en el lógico adorno, y el Rayo Ibense se encontró el 4-1 del maquillaje en el añadido. Lo marcó el albinegro Yagüe sin querer, con la testa, en la defensa postrera de un córner.