Italia no solo es el líder mundial de la comercialización de pavimentos y revestimientos cerámicos, y el más claro referente en cuanto a calidad y diseño cerámico se refiere; sino que, además, también es uno de los mercados internacionales más importantes para la industria de Castelló.

Cuando falta apenas poco más de un mes para que comience en Bolonia la feria Cersaie (del 26 al 30 de septiembre), que contará con la participación de 164 firmas españolas, los fabricantes de Castelló desembarcarán en el certamen con su mejor nivel de ventas al país en siete años. Al mismo tiempo, las marcas españolas han encadenado tres años de crecimiento de los envíos: entre 2012, el primero de la remontada, y 2015, las expediciones de cerámica española a Italia han crecido en un 37,8 %.

Y es que, según los datos oficiales del Icex (Instituto del Comercio Exterior de España), el sector cerámico nacional, cuyo más del 90 % de su producción se concentra en la provincia de Castelló; cerró el año 2015 con un volumen de facturación por sus exportaciones a Italia de 80,6 millones de euros, lo que supuso un crecimiento del 23,45 % con respecto al ejercicio anterior.

Se trata de la tasa de crecimiento más alta en una década, y el mejor dato de ventas desde 2009 -en aquel año fueron 69 millones de euros-- prueba de cómo el Tile of Spain está ganando cada vez más cuota de mercado precisamente en casa de su competidor más directo. Calidad y diseño, junto a una cuidada relación precio, son las claves del éxito de los pavimentos y revestimientos cerámicos españoles en Italia.

Ejercicio 2016

El año 2016 no ha podido comenzar de mejor manera para los fabricantes azulejeros de Castelló que venden en Italia. De enero a mayo de 2016, el valor de los pedidos de los consumidores italianos es de 38,25 millones de euros, lo que supone también una nueva alza del 12,63 % con respecto al mismo periodo del pasado 2015.

Todo apunta, pues, que en este ejercicio habrá un nuevo máximo en las relaciones comerciales España-Italia. Aun así, las azulejeras castellonenses están lejos de haber alcanzado su techo. Sin ir más lejos, en el año 2007, se expidieron contenedores de cerámica a Italia desde Castelló por valor de 93,5 millones de euros; y en 2008 la facturación se situó en los 89 millones de euros. Los años 2009 y 2010 fueron de retroceso, con balances de 69 y 67 millones, respectivamente. En el 2011, hubo una pequeña remontada, hasta los 69 millones, pero en 2012 volvió a haber un nuevo -y gigante- paso atrás, limitando el negocio a 58,5 millones de euros.

En aquel año, en 2012, sí se tocó el suelo definitivamente. Desde entonces, el sector ha ido in crescendo, mejorando las ventas entre 2012 y 2015 en el citado 37,8 %, al pasar de los 58 millones con los que se cerró el 2012 a los 80,6 millones al final de 2015. Con esta carta de presentación, las 164 empresas españolas que estarán presentes en Cersaie llegan para seguir incrementando negocio, tanto en el mercado transalpino como a nivel internacional. En el mercado interno, porque es un hecho que Italia se encuentra sumida en una crisis económica que está lastrando el consumo interno de bienes de equipo, incluida la cerámica, de ahí que las ventas de cerámica italiana en casa lleven contraídas tres años. El crecimiento de los envíos de Castellón evidencia que ese terreno lo están asumiendo las fábricas españolas, más competitivas y, por tanto, más atractivas, entre unas familias que están mirando más que nunca el bolsillo. De ahí que Italia haya pasado de ser el décimo país en el ránking con más importaciones de baldosas de Castellón a la octava posición. Y subiendo.

Y también a nivel internacional, porque Cersaie es el mayor escaparate de la cerámica a nivel mundial. Con 101.000 visitantes, y casi 50.000 de ellos profesionales extranjeros, la feria de Bolonia está consolidada como la cita ineludible para hacer llegar las nuevas propuestas a todos los rincones del planeta. España volverá a ser la primera delegación extranjera más numerosa, solo superada por el país anfitrión.