Desde hace algunos años los agricultores que siguen cultivando los campos de naranjas consideran tristemente de éxito que con la recolección de las naranjas se pueda cubrir económicamente lo invertido en mantener los huertos en condiciones para conseguir una buena cosecha. Sin embargo, miran con estupor cómo los comerciantes que comercializan las naranjas, a finales de cada campaña, son los que compran cada año grandes extensiones de terrenos de naranjos. Ello demuestra que las naranjas siguen teniendo buena aceptación en los mercados, aunque a los agricultores les llegue el precio muy ajustado.

Los pequeños agricultores, que mantienen sus huertos en horarios fuera de la jornada laboral, sábados y domingos incluidos para mantener una rentabilidad mínimamente, mantienen los huertos porque en su mayoría los han heredado y entre el sentimiento de la herencia y que los huertos se pagan a precios muy económicos prefieren mantenerlos aunque sin la rentabilidad de los años 50 hasta los 80.

Lo que realmente obsesiona a algunos labradores, es la voracidad del comerciante de naranja por la compra de anegadas, e igual da que las fincas tengan una extensión de siete u ocho anegadas, que cincuenta o cien. Esto da a entender que la comercialización de las naranjas sigue siendo rentable, pero lo único que no se justifica es la falta de rentabilidad que esta comercialización ofrece a los agricultores, que algunos están vendiendo las anegadas a 1.500 euros y siempre las compran los mismos, dado que cada vez quedan menos agricultores que trabajan sus tierras los fines de semana o se han jubilado y mantener la tierra les aporta actividad.

No es la primera vez que al atender las demandas de los agricultores aportamos estas informaciones donde el malestar de los propietarios y la falta de implicación de los gobiernos tanto nacional como autonómico para dar una solución y que los campos de naranjas vuelvan a tener el aspecto que han tenido en los buenos años, hoy en día hay muchos huertos abandonados por falta de rentabilidad, si el agricultor consiguiera rentabilizar los huertos consiguiendo con la cosecha lo invertido en el mantenimiento seguramente el paro agrícola se reduciría considerablemente.