El Villarreal CF llega al parón vivo. Muchos pensábamos que sería imposible, sin embargo, la voluntad de los jugadores, físicamente mermados después de haber afrontado cuatro partidos en once días -alguno de ellos con tan solo 14 futbolistas profesionales en la convocatoria-, ha sido clave para salvar este difícil arranque liguero. No podemos decir lo mismo de la Champions. Caer en la previa ha sido un palo duro para jugadores, cuerpo técnico, aficionados y medios de comunicación. La suerte no acompañó ni en el sorteo ni en lo referente a lesionados pero, aún así, creíamos que este Villarreal sería capaz de meternos en la máxima competición continental de clubes. El Mónaco, a priori un rival al que se podía derrotar, nos echó, aunque tras ver que no ganó fácil ninguno de sus dos partidos ante los amarillos, y que en Liga viene de derrotar 3-1 al PSG, podemos concluir que igual no era un rival tan sencillo. Sea como fuere, el submarino va a adentrarse en el mes de septiembre, fuera de la Champions, y con dos puntos de seis posible en la competición local. Dos puntos amargos, porque bien pudieron ser seis si los palos no se cruzan en el Los Cármenes y El Madrigal. Pato, Borré y Trigueros pudieron colocar al submarino perfectamente líder estando a medio gas, pero la misma falta de fortuna que acompañó con las lesiones y en el sorteo Champions, ha aparecido en este arranque de competición, donde estamos echando de menos a Bakambu, que no a Vietto, que poco o nada hizo el domingo en Vila-real.Aun así, las sensaciones son positivas. El tandem Escribá-Alcácer, pese a no conocer el triunfo tras cuatro partidos de competición oficial y un empate, parece haber cogido positivamente las riendas del equipo. Sin demasiados cambios hasta la fecha, porque el tiempo tampoco lo ha permitido, y haciendo malabares con la alineación, han merecido mejores resultados.

El equipo vuelve a ser seguro en defensa a falta de afinar la puntería arriba. Solo en el debe les sitúo el error de colocar a N'Diaye de central en el primer partido de Champions en El Madrigal. Era suficiente con ver los encuentros de la pretemporada para tenerlo claro. Ahora toca descansar, recuperar a Jonathan, Bakambu y Cheryshev, fichar un central, afinar los intrumentos y por fin ser el mejor Villarreal, ya ahora sí, en plenitud de condiciones.

Por cierto, y cambiando de tercio, alguien podría aconsejarle a Sergio Rico, contratar a un departamente propio de comunicación, como tiene Asenjo. El portero sevillano, claro protagonista del partido, en lugar de atender a los medios nacionales para reivindicarse tras quedarse fuera de la selección y sacar pecho ante la competencia que le han traído, decidió esconderse, atendiendo solo al medio oficial, dolido por no sentirse valorado. Me consta que desde el club le intentaron hacer cambiar de idea, pero él no quiso rectificar.

Seguro que Asenjo le aconseja bien sobre este tema, cuando vuelvan ambos a la selección, que lo harán. El palentino y su empresa de comunicación son un ejemplo para muchos futbolistas.