Fernando Roig no aguanta las críticas de un sector de El Madrigal. El presidente del Villarreal CF es consciente del ambiente enrarecido que envuelve al club este año tras la eliminación de la Liga de Campeones y la inesperada salida de Marcelino García, pero no entiende que la gente no esté con el equipo. Así lo confesó ayer tras la tradicional ofrenda a los patronos de la ciudad, con tono molesto y bastante disgustado, cuando llegó a decir que «si hay alguien que está en desacuerdo y tiene mejores ideas que el presidente, o mejores capacidades, aquí tiene el club y las llaves».

La falta de una explicación oficial por parte de la directiva tras el despido del entrenador asturiano es uno de los motivos que llevó a un sector de la afición amarilla a pitar al palco durante el transcurso del encuentro del pasado domingo ante el Sevilla. Consciente de ello, Roig aprovechó la ocasión para asegurar que la decisión fue suya y que él como presidente era «el único responsable de todo, de lo bueno y lo malo» y el que toma las decisiones».

«A principio de temporada tuve que tomar una serie de decisiones que me resultaron dolorosas pero que eran muy necesarias, pero era un problema que venía de final de la temporada pasada. Es un problema de honradez del Villarreal. No puede venir alguien -en referencia a Marcelino- y hacer algo que va en contra de lo que este club cree y piensa que se debe hacer», prosiguió Roig.

Es más, aseguró que hace las cosas «por la gente que ama al Villarreal» y que por eso no hace caso a su mujer cuando le dice que «dejé de pelar y me quedé en casa descansando».

Posible investigación

El presidente del Villarreal se refería a la imagen ofrecida por el equipo en la última jornada de Liga cuando el submarino ya tenía asegurada la cuarta plaza y el Sporting se jugaba la permanencia y los mensajes que lanzó Marcelino públicamente mostrando su ilusión por que el club en el que se había criado lograra la salvación. En ese sentido, la Cadena Cope desveló ayer que la Liga investiga un supuesto amaño en el mentado partido, y que las declaraciones de Roig al respecto son un atenuante. «No era cuestión de problemas con los jugadores, ni con Musacchio, ni nada de eso. Se hicieron las cosas como no se debían y, ante esta situación, decidí tomar una decisión», añadió el máximo dirigente amarillo, quien desveló que la destitución no se produjo al finalizar la campaña 2015-16 porque el equipo había logrado sus objetivos, pero que vio que «la cosa no funcionaba bien y que los signos que había eran malos» al inicio de esta.

«El Villarreal es un club único y no se pueden hacer clubes paralelos dentro del mismo. Nos ha costado muchos años de honradez profesional y deportiva como para que alguien no siga nuestra línea. Esas personas han de ir por otro camino y el de aquí es el que marca el presidente», dijo.

Y puntualizó: «Llevamos 19 años y unos pocos meses y en ese tiempo alguna cosa hemos hecho en este club, unas bien y otras no tan bien, pero el resultado final es el de jugar en Primera y en Europa. Si no sabemos disfrutar de esta situación y todo son críticas, malas caras y silbidos, no es la forma correcta de querer al Villarreal».

Pese a caer en la previa de Champions y «el disgusto» que eso supuso, el Villarreal disputará tres competiciones de nuevo: la Liga Europa, la Liga y la Copa del Rey. En este sentido, Roig señaló que «Estamos ante una temporada muy ilusionante. Estamos entre los 20 mejores equipos de España, entre los 70 de Europa y, además, vamos a jugar la Copa. Afrontamos con mucha ilusión esta temporada y ya me gustaría ver cuántos equipos firmarían estar como estamos nosotros», se defendió Roig, a quien no sentaron nada bien los pitos en el primer partido de Liga.