Rafael Montero continúa de empleado en la CEC a pesar de ser destituido de secretario general. La organización estudia la fórmula de despido que implique la menor indemnización. El procesamiento en la causa judicial del hombre fuerte de la CEC en 30 años no se puede argumentar para eludir el pago al no haber todavía sentencia firme. La organización adolece de financiación para hacer frente al despido de Montero, de ahí que continúe. Baraja también un cese objetivo esgrimiendo los números rojos de la CEC, pero para ello habrá que esperar la auditoría.