Después de cuatro meses sin noticias sobre la presencia de nutrias en el paisaje protegido de la desembocadura del río Millars, concretamente desde el pasado mes de mayo, se ha vuelto a localizar el rastro de un ejemplar. El hallazgo ha ocurrido en el transcurso de una inspección rutinaria del servicio de vigilancia de la Guardería Rural del Consorcio del río Millars. Ha sido aguas arriba del azud de Vila-real donde han aparecido dos localizaciones próximas con rastros distintivos de nutria.

El guarda del Consorcio, David López, explicó ayer que habían averiguado que se trataba de nutria por los excrementos. «Suelen tener suficientes restos de cangrejo rojo americano, alguna espina de pescado y a veces pequeños huesos de micro mamíferos», detalló, y continuó «las nutrias suelen utilizar los mismos puntos para defecar. Hacen algo que se llama letrinas, es decir, suelen marcar y defecar en el mismo punto de manera repetida. También dejan rastros de huellas y rasguños», detalló el guarda.