La Vilavella ya está en fiestas, así lo anunció ayer el conocido ex jugador de fútbol del Villarreal C.F., Marcos Senna, que fue quien protagonizó la popular Cridà a la festa, arropado por cientos de vecinos que demostraron con su presencia que las peñas y los vecinos de la localidad estaban deseando que llegaran estos días, que se caracterizan por al hermandad, la diversión y la apertura de la Vilavella al exterior, dado que a lo largo de la semana recibirán la visita de numerosas personas.

Del programa de actos preparado por el ayuntamiento para la ocasión llaman la atención varias cosas. Por un lado la colaboración de empresas y comercios en las fiestas, con el patrocinio de diferentes actividades; y por otra parte, la multitud de actos que invitan a la convivencia y la participación compartida de peñas y vecinos. Además, el equipo de gobierno ha querido combinar la inapelable presencia de las tradiciones, con la innovación, como sería el caso de uno de los actos más originales de los incluidos en el programa, la Gran Pokequedada, que tendrá lugar hoy a partir de las 11 de la mañana en el parque de la Glorieta.

Para la alcaldesa de la Vilavella, Carmen Navarro, este tipo de actividades solo pretenden demostrar que las fiestas tienen que confeccionarse pensando en todos los gustos, edades o preferencias, para agradar al máximo de gente posible.

Uno de los apartados que más expectación despiertan en el municipio, con una amplia y consolidada afición taurina, son los bous al carrer. Este año, además del concurso de ganaderías y la exhibición de vaquillas, se han programado dos toros cerriles, el primero esta tarde, a las 19 horas, un ejemplar de la ganadería El Pilar. El segundo será el sábado 17 a la misma hora, del mismo hierro.

El resto de actos son una combinación de propuestas culturales, como el concierto de Pep Gimeno Botifarra acompañado por la Banda de Música AMA Santa Cecilia, también religiosas, populares y especialmente infantiles, con lo que el ayuntamiento pretende dar protagonismo a las generaciones futuras, que son las que han de mantener las costumbres que fundamentan la identidad de cualquier pueblo.

Los disfraces, el baile de peñas, la comida de hermandad o una fiesta rociera son otros ejemplos de una apuesta por la participación de los vecinos que prácticamente está garantizada, dado que la respuesta, especialmente de las peñas, siempre es multitudinaria.