Como siempre, ambiente de gala entre el público en el Teatre Municipal de Benicàssim el pasado viernes para presenciar la final del certamen de guitarra Francisco Tárrega que este año cumplía cincuenta años.

Al final de todas las actuaciones de los cuatro finalistas el jurado compuesto este año por vencedores del festival benicense y presidido por el mundialmente famoso David Russell concedió el primer premio, después de un veredicto realizado en un tiempo relativamente corto, al chino Xianji Liu aunque el concursante mas galardonado fue el bielorruso Pavel Kukhta que consiguió el segundo premio, el del público y el de la interpretación de la obra de Francisco Tárrega.

La juventud del ganador y su técnica se contraponían a la experiencia y recursos de su más directo rival. Solo sonaron dos conciertos en la final. Uno el de Villa-lobos para guitarra y pequeña orquesta y otro la «Fantasía para un gentilhombre» de Joaquín Rodrigo que llevaron en dedos tres concursantes.

Les acompañó la orquesta de Valencia con importantes instrumentistas como se evidenciaron en los solos con excelentes, trompa, trombón, oboe, flauta y clarinete, amén de una excepcional sección de cuerda.

Sergio Alapont, en la cumbre de su importante carrera directorial, estuvo en el podio transmitiendo seguridad a concursantes y músicos y sobre todo inspiración en las versiones.

Talento

El bosnio Sanel Redzic fue el primero en intervenir, probablemente presa de los nervios hizo un «Gentilhombre» desabrido, poco seguro y una «Fantasía de La traviata» bien tocada pero muy poco expresiva.

El chino Xianji Liu, que sería ganador del certamen, tenía una técnica fuera de lo común. El público jamas había oído el primer estudio de Tárrega tocado a tanta velocidad y sin un solo error que apuntar al debe.

Fue preciso en el segundo «Gentilhombre» aunque con una versión demasiado uniforme pese a su incuestionable esmero. El mexicano Alejandro Córdova fue correcto en el concierto de Villa-lobos, aunque tendía a esconderse demasiado tras de la orquesta a causa de su sonido escaso. Su «Recuerdos de la Alhambra» fue interesante y evidenció profesionalidad y un intento de ser romántico en la dicción.

Pavel Kukhta, que cerró el concurso y la noche, ofreció una buena versión del «Gentilhombre», se le veía cuajado y seguro. Apostó por una obra de virtuosismo en el repertorio de Tárrega como son las «Variaciones sobre el carnaval de Venecia», aunque estuvo falto de imaginación, pero mantuvo un aplomo de seguridad interpretativa. El público aunque no coincidió en su apreciación con el jurado, respecto del ganador, aplaudió el veredicto cerrando con su ovación la edición de las bodas de oro del certamen.