El hasta ayer vicealcalde de Castelló, Enric Nomdedéu, debió pensar que para lo que le quedaba en el convento no tenía que guardarse nada dentro. Y, en su último pleno, brindó todo un espectáculo, mostrando sus dotes como orador y su vis cómica, así como un tono faltón en algunos momentos.

Nomdedéu fue despiadado con el PP y con su portavoz municipal, Begoña Carrasco. A esta última le dedicó varias lindezas, como cuando le dijo que «quiere ser Bonig y es malig». O cuando calificó el discurso de Carrasco de «chonijo», un híbrido de choni y pijo.

Fue antológica la comparación que hizo entre los grupos de la corporación y los integrantes de una familia, reservando al PP el papel de suegra «pudenta». Al portavoz de CSeM, Xavi del Señor, no le hizo gracia y comparó el humor de Nomdedéu con el de Arévalo por «sexista».

Por su parte, la portavoz del PP, Begoña Carrasco, despidió al vicealcalde mostrando la foto de la peineta que le dirigió a un exedil del PP. Nomdedéu respondió que, pese a la imagen del dedo extendido, su conducta ética está fuera de toda duda. La marcha del nacionalista deja al ayuntamiento sin su político más talentoso. Aunque el portavoz de C´s, Vicente Vidal, se destapó ayer como un buen monologuista.