El grupo Lourdes de Castelló se convierte desde este fin de semana en un epicentro del arte urbano. El barrio periférico del distrito sur ha optado por la pintura callejera para adecentar la zona más deteriorada, que abarca la antigua entrada junto al barranco de Fraga. Más de 24 artistas llegados de Murcia, Valencia, Alicante y Castelló acudieron ayer a la llamada de la asociación vecinal para participar en esta ingeniosa iniciativa.

Un mural de 100 metros de longitud integrado por una veintena de grafitis relata la historia del barrio transmitida por los más mayores. Uno de los motivos representa a las «abuelas» del barrio como «heroinas» como forma de reconocer su esfuerzo realizado en los años de crisis económica, explica el presidente de la entidad vecinal, Rafa Serrano. Otra pintura comprende un gato que recoge agua en recuerdo de la vieja fuente que abastecía al grupo. También hay dibujos que ensalzan a las mujeres o a los vecinos emigrantes. En la jornada participaron los más pequeños.

Esta exhibición de arte urbano supone un revulsivo para el barrio, que nació en el siglo pasado a través de inmigrantes llegados de otras provincias de España, y que desde hace años denuncia su aislamiento.