La empresa propietaria de la nave industrial de la que la semana pasada se desplomó a la vía pública una viga de 3 toneladas de peso en la Vall d'Uixó está realizando unas catas para determinar si existe algún problema estructural que obligue a demoler la edificación, o por lo contrario se puede salvar una construcción que pertenece a una parcela de 21.000 m2, según explicó el concejal de Policía Local, Javier Ferreres.

La alarma saltó cuando a primera hora de la mañana se denunció ante la Policía Local que en la calle Goma, del polígono industrial Imepiel, se había desplomado una viga de gran tonelaje, lo que motivó de inmediato no solo el cierre del vial afectado, sino también de la avenida Europa, que da acceso al municipio desde la carretera de Algar, o que comunica el barrio Carmaday o el Polígono industrial Belcaire con el centro de la Vall. Pero además, también se decidió crear un perímetro de seguridad a la parte de la nave que daba a la zona conocida como El Patio, dado que, según Ferreres, en esta parte «existía una viga muy similar a la que se desplomó».

Se da la circunstancia de que la empresa propietaria había decidido demoler la mayor parte de la nave industrial, salvo una parte «que precisamente coincide con la que sufrió la caída de la viga», de ahí la preocupación del ayuntamiento que, como aseguró el concejal, «no acababa de cuadrarnos las razones que nos daban para justificar la caída de la viga», que tendrían que ver con la posibilidad de que, en los trabajos de demolición, se hubiera podido dar algún golpe.

Desaparece el riesgo

El jueves pasado, dos días después del incidente, se personaron en la zona los técnicos de la empresa, que decidieron retirar la vida que daba a la zona de El Patio y que generaba preocupación a los servicios urbanísticos municipales, de manera que «el riesgo en esta zona desapareció» y se decidió retirar el vallado de seguridad. Aprovechando que se realizó esta tarea, se actuó actuar también en la avenida Europa donde «el único riesgo que podía haber era el que provocaban unas chapas metálicas laterales, que podían caer si hacía mucho viento, por lo que decidieron retirarlas». Cuando finalizaron estos trabajos también se abrió a la circulación este vial.

El problema solo se mantendría en la parte de la nave industrial que da a la calle Goma, donde se produjo el desplome. Javier Ferreres señaló que el interés de los propietarios pasaría por salvar del derribo esta zona «que es la más nueva», de ahí que sus técnicos «hayan tomado muestras de las vigas que quedan, realizando unas catas, de las que están a la espera de recibir los resultados». Si estos fueron positivos «solo cambiarían el techo, pero si son negativos, la derribarán». El edil de Policía insistió «que las zonas de riesgo están controladas».