El rector de la Universitat Jaume I, Vicent Climent, consideró que, en primera instancia, la manera más viable de concretar la colaboración de esta institución con el ayuntamiento de Vila-real en cuanto a dar utilidad a las instalaciones del Centro de Tecnificación Deportiva de la ciudad pasaría por la organización de masters y postgrados vinculados con las áreas de la salud y lo deporte, aunque no descartó otras opciones que dependerían de que «en un futuro, cuando la UJI tenga despejadas las incógnitas financieras, pueda lanzarse un grado de salud y deporte».

Precisamente, este sería el objetivo principal del alcalde de Vila-real, José Benlloch, que aspiraría a que el Grado de Actividad física y deporte pudiera desarrollarse en este centro, aunque tanto él como Climent coincidieron que lo más importante es comenzar a dar pasos en esta colaboración ya que, como el rector destacó, cuando se dota de contenido a unas instalaciones de estas características «se generan recursos que permiten tenerlas en condiciones».

En este sentido, Vicent Climent señaló que «por las lecturas de las declaraciones que ha realizado el Presidente de la Generalitat, se vincularía el soporte y las ayudas a la participación de la Universitat» de manera que «si se necesita el nombre de la UJI para dotar de vida al edificio, ahí estaremos».

Sobre estos temas se habló en la reunión que mantuvieron los representantes del ayuntamiento y la UJI tras una visita que el rector confesó que le había dejado «boquiabierto». A su vez, compartió el criterio del alcalde al afirmar que no dudaba de la calidad y la buena planificación del edificio, aunque afeó que se construyeron unas instalaciones punteras «pero curiosamente no se hizo algo esencial, pensar en su contenido».

Formación especializada

Ese sería el objetivo a alcanzar a partir de este momento. Vicent Climent defendió que «si somos capaces de ofrecer una formación especializada que no está en otros lugares, será un foco de atracción de actividades, pero también de grupos de investigación y de equipos deportivos», de ahí que, descartada en primera instancia la organización de un grado específico, los costes de desarrollo del resto de actividades que se contemplan no serían un problema. De hecho, José Benlloch recordó que el edificio le costó el año pasado al ayuntamiento unos 500.000 ? de mantenimiento, un coste muy elevado teniendo en cuenta que hasta hace poco solo estaba en uso la piscina cubierta, aunque recientemente, tras la demolición del pabellón Campió Llorens, también estaría siendo utilizado por club deportivos locales. El alcalde argumentó que el Centro de Tecnificación Deportiva «nos cuesta mucho dinero y está cerrado, por lo que es absurdo que no abramos las puertas a otras posibilidades», que pasarían por intensificar las relaciones con la universidad.

Por su parte, Vicent Climent se mostró muy predispuesto a concretar proyectos que se pondrían en marcha «lo más pronto posible», aunque no quiso comprometerse a que fuera el curso que viene, ya que primero hay que buscar las opciones que sean «viables, rentables y sostenibles».