El pasado 1 de octubre se cumplió el 85 aniversario del sufragio femenino en España. Tras el paréntesis de la dictadura, el ascenso del género femenino en la vida laboral y pública del país ha sido vertiginoso. La Policía Nacional fue pionera en este campo con la incorporación en 1979 de las primeras 42 inspectoras. En la actualidad es una de las instituciones policiales con mayor índice de personal femenino, y la Comisaría de Castelló se sitúa en un puesto avanzado en este sentido. El personal femenino está formado por 60 agentes, lo que supone el 20 % del total de la plantilla.

La Policía Nacional de Castelló condecora hoy a las agentes Beatriz, Montserrat y Susana con la cruz blanca al mérito policial por su trayectoria en un acto en el Auditori con motivo del día de su patrón.

«Cuando llegué a Castelló hace 11 años no había ninguna mujer jurada. Ahora cada vez hay más, pero seguiremos luchando para que no haya distinciones de sexos», resalta Montserrat.

Las tres policías que hoy verán reconocida su labor por el resto de compañeros proceden de otras provincias de España e integran la Comisaría de Castelló desde hace más o menos una década. Han pasado por diferentes unidades y conocen muy bien la realidad de la capital de la Plana. Montserrat opera en la sala del 091, mientras Susana y Beatriz están encuadradas en la Policía Judicial; la primera en la unidad de robos, y la segunda en la de hurtos.

Se hicieron policías por vocación, aunque Montserrat lo lleva en los genes; tiene tradición familiar militar y su hermana y su cuñado también son policías nacionales. Se da la coincidencia de que su hermana recibe hoy la condecoración de la cruz blanca.

Susana afirma que entró al cuerpo de la Policía Nacional «por ayudar a la gente y hacer justicia». «A los 21 años ya estaba opositando», rememora. Beatriz estudió la carrera de Derecho y vio una interesante la salida en la Policía Nacional.

Montserrat juró en 2005 y ese mismo año se estrenó en la Comisaría de Castelló. Empezó en Seguridad Ciudadana; primero en vehículos patrulla, y luego permaneció varios años en una unidad de prevención y reacción, cuya misión era la de intervenir en situaciones complicadas de orden público o de delincuencia especializada violenta. «Siempre me ha gustado la primera línea y la acción», evoca Montserrat.

Después pasó por la Policía Judicial y se trasladó tres meses al servicio de escoltas del Tribunal Supremo en Madrid, hasta que aterrizó en su actual puesto del 091, donde es responsable de redistribuir efectivos de Castelló y Vila-real.

Susana y Beatriz coinciden en estos momentos en el departamento de la Policía Judicial. Susana se desplazó a Castelló en 2005. Comenzó en radio patrulla -atiende la primera llamada del 091- y desde hace 8 años se encuentra en el grupo de robos. Beatriz inició su periplo en 2008 en el servicio de atención familiar, y en 2015 se cambió a la unidad de hurto.

La función del trabajo de Beatriz es la de prevenir hurtos, y para ello recorre de paisano lugares con afluencia de público. Entre sus méritos cabe destacar el hurto abortado en pleno Bulevar Blasco Ibáñez a una persona mayor. Susana ha colaborado en la desarticulación de importantes bandas organizadas especializadas en robos a la fuerza.