Su interés por fomentar la diversificación en el sector, potenciar el cooperativismo y abrir nuevos campos de experimentación que pongan en valor el entorno agrícola de la zona y los socios ha llevado a la cooperativa de Viver a recuperar una de las mayores tradiciones de cultivo de la localidad, la vid y con ello la producción de vino. Coincidiendo con los cien años de la llegada de la filoxera a Viver, que arrasó los viñedos y la importancia que supuso el mundo del vino en la localidad y la comarca del Palancia desde finales del siglo XVIII hasta inicios del XX, la oleícola viverense ha querido dar un paso más y crear propia línea de vinos que, presumiblemente, saldrá a la venta para diciembre.

Así se propuso en la presentación del mismo en la última asamblea celebrada en la cooperativa la semana pasada ante unos 20 socios interesados.

Tal como explicó el director de la entidad, Fernando Marco, «de ir todo bien para estas navidades podremos brindar con la primera cosecha. Somos las parcelas de mayor altitud de la comarca y vendimiamos los últimos».

El proyecto comenzará con las plantaciones de dos socios y continuará con la implicación de varios más, ya que, comenta Marco, «la viña tiene una dificultad y es que debe estar legalizada para poder ser comercializada. Actualmente, solo hay dos socios que tienen plantaciones grandes autorizadas».

Para Marco, «este año, es el año cero que nos debe servir para empezar a ganar experiencia y evaluar el potencial real del proyecto, por lo que preferimos empezar a pequeña escala, con riesgos controlados».

Variedades de cultivo

En cuanto a las variedades de cultivo, informó el presidente, Ismael Sanjuán, se han trazado dos estrategias: «tenemos ya viña plantada que entendemos que nos dan una mezcla interesante formada por syrah, cabernet y tempranillo, en tinta, y chardonnay y gewürztraminer, en blanca. Sin embargo, apuntó, «para nuevas plantaciones vamos a recuperar variedades autóctonas del Alto Palancia que hoy están desaparecidas como la mondragón y que creemos puede aportar valor a nuestro proyecto».

Este primera año, la entidad pretende comenzar la producción con unos 10.000 litros de tinto joven y 2000 de blanco, que se elaborarán en las bodegas de Masía de la Hoya de Segorbe. «Ellos cuentan con instalaciones, experiencia y capacidad técnica, con lo que fomentamos la intercooperación y el compromiso con el territorio», apuntó Marco.

Asimismo, el objetivo de la cooperativa es orientar a medio plazo parte del proyecto hacia la producción ecológica para la elaboración de vinos con variedades locales que permitan trazar una estrategia intensa de enoturismo que se sume a ya consolidada estrategia de oleoturismo que lanzó la cooperativa de Viver de manera pionera. Aceite, nueces, almendras y productos autóctonos de primera a los que la oleícola sumará en breve su línea de vinos que, sin duda, reforzarán el Sabor del territorio viverense.