El Ayuntamiento de Vila-real ha puesto en marcha una prueba piloto que, bajo el título «Vila-real orgànica», busca familiarizar a los ciudadanos y promocionar la recogida selectiva de materia orgánica. La iniciativa, impulsada por las concejalías de Agricultura, Medio Ambiente y Cambio Climático, Economía y Proximidad y Administración Local, presentada ayer, se llevará a cabo durante 12 semanas para, posteriormente, evaluar el resultado obtenido en cuanto a la participación por parte de los vecinos.

El concejal responsable, Pasqual Sancho, explicó que «queremos que la gente sepa que todavía se puede hacer mucho más para ayudar al medio ambiente y se anime a dar el paso de separar los residuos orgánicos de los que no lo son». «Para ello, se han instalado 25 contenedores de color marrón por toda la zona comprendida entre las avenidas de Francesc Tàrrega, Mediterráneo, Francia y Grecia, con un área de población de unas 2.000 personas, en su mayoría de mediana edad, para hacer la prueba». Además, el edil informó que se está haciendo un buzoneo con bolsas biodegradables y un tríptico informativo «para que sepan cómo utilizar correctamente el sistema de reciclaje».

En total, serán más de 20.000 las bolsas que se repartan a lo largo del trimestre, ya que «quienes hagan uso de las que dejamos en el buzón como muestra podrán ir a por más a la piscina cubierta Yurema Requena», señaló Sancho, quien destacó a su vez la participación de Fobesa y Reciplasa y recordó la importancia de «respetar el uso de cada contenedor».

De este modo, los restos de comida, así como los restos vegetales, residuos de papel como servilletas, pañuelos y papel de cocina, bolsas de infusión, tapones de corcho, serrín, palillos, excrementos de animales y bolsas biodegradables se deberán depositar en el nuevo contenedor marrón. El vidrio seguirá en los contenedores verdes de tipo iglú; el papel y cartón en el azul, y los plásticos, envases y bricks en el amarillo y el resto de desechos, considerados no orgánicos, como el textil sanitario, las toallitas, pañales, compresas, cerámica, residuos de cenizas o colillas, entre otros, en el contenedor gris habitual.

Recogida por la mañana

En principio, la recogida se realizará de lunes a sábado por la mañana y, tal y como indica, «si los ciudadanos se mentalizan y hacen un buen uso, se convertiría en un proyecto a largo plazo en el que, poco a poco, los contenedores habituales pasarían a ser más minoritarios, mientras los restos orgánicos se podrían aprovechar para hacer compost y utilizarse en el campo, por ejemplo».

El objetivo, según la concejala de Proximidad y Administración Local, Sabina Escrig, es que, tras finalizar la prueba piloto, «si los resultados son positivos, el sistema se pueda extender al resto de la ciudad». La edil recordó que esta iniciativa tiene el objetivo de «mejorar la calidad de vida de las personas, cuidar el medio ambiente y la ciudad pensando en el futuro de nuestros niños y jóvenes».