«La I Jornada de Zonas Húmedas: la marjal», celebrada ayer en Nules, expuso diferentes experiencias y modelos de gestión medioambiental de territorios protegidos, con el objetivo de que alguno de ellos pueda desarrollarse como una solución de futuro en la marjal de Nules y Borriana, aunque lo que no aportó fue soluciones a corto plazo para el problema inminente de muchos propietarios de construcciones que ven amenazadas sus viviendas por órdenes de derribo.

De hecho, la consellera de Territorio, María José Salador fue muy clara al señalar que el gobierno valenciano está por «dar cumplimiento a la ley de disciplina urbanística», descartando de este modo la posibilidad de que, hasta que se aprueba el Plan Parcial para la zona, reducir la cuantía de las multas coercitivas que están recibiendo los afectados, tal y como solicitó el alcalde, David García.

Además, Salvador planteó otra prioridad del gobierno valenciano, que será la «preservación y protección del territorio» frente al «modelo urbanístico» que habría desarrollado durante 20 años el Partido Popular y que habría dejado en una «situación de abandono total» los valores medioambientales, agrícolas o paisajísticos de la Comunitat Valenciana, como sería el caso de la marjalería, que la consellera calificó como un espacio «único en toda la Mediterránea».

A la pregunta de si cree compatible la existencia de las viviendas con los planes de futuro de la conselleria para este territorio, la consellera argumentó que «es momento de llegar a acuerdos y consensos», pero también recordó que se va a respetar la legislación, planteando el Plan Especial de la Marjalería como un documento que regulará los usos y los hará compatibles con la preservación y puesta en valor de la zona, por lo que eludió hablar directamente de lo que sucederá con los 400 expedientes urbanísticos abiertos que siguen recibiendo multas coercitivas hasta que se produzca el derribo.

El alcalde de Nules defendió el Plan Especial como un documento «fundamental». Sobre el estado de su desarrollo, solo avanzó que en 2017 se presupuestará la redacción, aunque la aprobación definitiva dependerá de la Generalitat. Hasta el momento se ha realizado un trabajo de «identificación de la situación actual», que será la base para comenzar a desarrollar el plan, que advirtió de antemano «no será una solución a la carta».

Las inundaciones

Durante las jornadas se trataron varios temas como la problemática de las inundaciones de las zonas húmedas y su relación con las transformaciones territoriales, se expuso el modelo holandés de gestión de territorio protegido entre distintas administraciones y se plantearon casos más concretos, como el del biólogo local, Ramón Saborit, que habló del último medio siglo en la marjal desde la perspectiva de un biólogo y agricultor. Para concluir planteó la situación jurídica de los procedimientos de restauración urbanística en las zonas húmedas, que sería en la que se encontrarían la mayoría de los propietarios de Nules.

Aunque el tema local tomó mayor protagonismo si cabe en la mesa redonda con la que se clausuró la jornada, donde tuvieron la oportunidad de intervenir representantes de otros municipios, así como propietarios afectados.