La falta de oportunidades en el campo ha reducido la masa laboral en los últimos años en la agricultura y la mayoría de los actuales empleos están ocupadas por personas de avanzada edad. La cifra de afiliados de la Seguridad Social en el régimen agrario ha descendido en 1.016 personas en ocho años -de 6.807 cotizantes en 2008 a 5.791 en septiembre de 2016-. No obstante, poco a poco se vara revertiendo esta tendencia y, paradójicamente, la crisis ha devuelto al campo a hijos de agricultores. Son jóvenes con formación universitaria que han hecho una apuesta por las nuevas tecnologías y la innovación. «Van más allá de la mera producción», destacan desde la Unió. Hay nuevos productores que, además, han asumido toda la cadena para evitar el intermediario, al que responsabilizan de los bajos precios en primera venta. De esta manera que recoge y comercializan. Y para ello aprovechan las nuevas tecnologías. La Unión Europea contempla a través de la PAC (Política Agraria Común) ayudas para los nuevos agricultores, pero la Unió de Llauradors afirma que son escasas y que mucha gente se queda sin recibirla.
j. mestre castelló
