La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha elevado de 18 a 19 años de prisión la pena impuesta a una empleada del hogar que abrió la puerta a otros tres condenados por el asalto a la casa del matrimonio que cuidaba ésta, en la Vall d'Uixó y en el que falleció por asfixia el anciano, de 88 años, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana.

La sentencia condena por los mismos delitos de homicidio y robo violento en casa habitada en concurso con un delito de detención ilegal que la Audiencia Provincial de Castellón, pero impone una pena más alta al apreciar en la conducta de la cuidadora la agravante de abuso de confianza, junto a las otras dos de disfraz y de abuso de superioridad que ya se aplicaron en la sentencia recurrida.

El TS considera que la cuidadora se sirvió de lo sabido sobre las circunstancias y hábitos de vidas de sus víctimas para suministrar a los demás implicados en la causa la información necesaria para la ejecución del delito o delitos luego programados.

Además, añade que se implicó "activamente" facilitando a éstos el acceso a la vivienda durante la noche y que, pudiendo haber intervenido para tratar de cortar el curso de los acontecimientos, cuando supo directamente del grado de violencia utilizado, no lo hizo.

La Sala de lo Penal desestima los recursos de casación interpuestos por los otros tres condenados, por lo que se confirman las penas de la sentencia recurrida para todos ellos, es decir, 20 años de prisión para cada uno de ellos.

HECHOS

Según la sentencia, los hechos se produjeron el 24 de febrero de 2013, cuando, puestos en común acuerdo y con ánimo de obtener un beneficio patrimonial ilícito, los tres hombres -uno de los cuales mantenía una relación afectiva con la empleada de hogar- entraron en el domicilio con las cabezas cubiertas con capuchas que cubrían sus caras, a excepción de los ojos, tras facilitarles la entrada desde el interior la asistenta.

Una vez en el interior del domicilio, donde los ancianos se encontraban durmiendo, los tres hombres entraron en la habitación del matrimonio y les ataron de pies y manos a la cama. El anciano, que se quejó y gritó, fue amordazado, lo que le produjo una situación de hipoxia.

Así mismo, según la sentencia, al anciano le golpearon, por lo que sufrió 21 lesiones, entre ellas la luxación completa del hombro derecho, y falleció poco después por asfixia. Además, la mujer sufrió diversas lesiones durante el forcejeo que mantuvo con los atacantes mientras era maniatada.

Mientras tanto, la empleada de hogar, que conocía el plan de actuación y lo aceptaba, permaneció en su dormitorio libre de ataduras, escuchando los gritos y quejas de los ancianos sin hacer nada por impedirlo ni pedir ayuda.