Almassora ha dado por finalizadas las fiestas en honor a la Mare de Déu del Roser con «un balance exitoso desde el punto de vista de participación ciudadana y relativamente tranquilas en cuanto a seguridad», según explicó ayer el concejal de Seguridad Pública, Santiago Agustí.

En este aspecto, destaca que el municipio ha reducido en más de un 20% las quejas vecinales respectivas a las molestias en los casales. Mientras en los festejos de mayo y octubre del pasado año Almassora registró 29 avisos, durante este periodo se han reducido a 23. Además de ello, se ha conseguido erradicar toda molestia generada por el Recinte Fester, de forma que no se ha contabilizado ninguna crítica vecinal por ruidos, un hecho que demuestra el «éxito de su nueva ubicación», situada en el Camí Benafelí. Así, tanto la concejala de Fiestas, Isladis Falcó y el intendente principal de la Policía Local, Roberto Verdoy, han valorado muy positivamente este cambio.

En cuanto a los incidentes de carácter vandálico, «varios jóvenes menores de 14 años se dedicaron a romper los espejos retrovisores de diversos vehículos estacionados en el casco urbano», una situación que ha elevado a 11 los actos vandálicos frente a los cuatro que se registraron el pasado año, según indicó el intendente de la Policía Local, que también explicó que el cuerpo de policía «ha estado presente en más de 100 actos, contando con la movilización de 400 operativos ordinarios y 50 extraordinarios».

Uno de las preocupaciones más destacada tras las fiestas es el número de robos registrados, que asciende a ocho. «Se trata de pequeños robos registrados en casa, de los cuales cinco han tenido lugar en la playa», según indicó Agustí. En este aspecto se destacó que es «un tema preocupante que se pondrá nuevamente sobre la mesa en la próxima Junta Local de Seguridad».

Finalmente, en cuanto a los festejos taurinos se cerraron con un total de 10 atenciones sanitarias, de los cuales únicamente dos necesitaron de un ingreso hospitalario.