El Villarreal es como la banca de un gran casino. Pocas veces pierde, y si lo hace es minimizando el riesgo y la pérdida. Como cualquier club no es infalible, pero hay que reconocer que deportiva y económicamente trabajan como la mejor de las empresas. Para que os hagáis una idea, en las últimas horas hemos visto dos claros ejemplos de cómo actúa el Villarreal y de los beneficios que obtiene de dichos movimientos. Aleix García y Hernán Pérez.

El primero fue uno de los grandes golpes bajos que ha recibido la dirección del submarino. Perla donde la hubiese del fútbol base, Aleix García, el de Ulldecona, tras nueve años en la entidad, a la que pertenecía desde los 8 años, y a un paso del primer equipo, acabó aceptando una oferta estratoesférica del Manchester City. De la noche a la mañana, el fútbol inglés encandiló al ojito derecho de Roig, y convenció a su entorno y familia para abandonar un barco, el Villarreal, que lo había mimado y trabajado desde la niñez; y por otro, el City, que encontraba en él, el perfil perfecto para el nuevo proyecto de Guardiola. Me consta que en el seno del submarino no sentó bien su marcha, pero esta es la ley del fútbol, la de la oferta y la demanda. Una veces compras y otras te compran a ti contra tu voluntad. Poco se puede hacer ante el deseo de un jugador, o sobre todo de su familia. Asimilado el palo, ahí es donde entra la astucia amarilla. Cuatro millones por un jugador del B, puede parecer una barbaridad, pero coniciendo el potencial del chaval, se sabía poco. Por eso el club, incluyó una serie de pagos por partidos que pueden hacer subir esa cantidad hasta los 11 y va camino de poderlo lograr. Se ha exprimido al máximo la naranja.

El otro ejemplo es el de Hernán Pérez. El paraguayo, sin sitio en el Villarreal, salió cedido con opción de compra al Olympiakos. Tras una gran temporada, cuando la venta se daba por asegurada, el futbolista se lesionó casi en la última jornada. Vuelta para casa, lesionado de gravedad y sin venta alguna. Pese a ello el club no desesperó. Recuperó a Hernán, lo medio vendió al Espanyol y ahora lo ha vendido del todo. El jugador ya es cien por cien perico, como lo será en breve Gerard Moreno, otro futbolista que decidió volver a casa tras un largo periodio en el Villarreal y del que poco a poco se recogerán frutos.Al final de un modo u otro el submarino va haciendo caja. La hace revalorizando jugadores, como Eric Bailly o Gabriel, sacando lo máximo de fugas como Aleix o exprimiendo el jugo de futbolista como Gerard o Hernán, de los que muy pocos pensaban que se podría rascar. Esto es el Villarreal, un club de fútbol, pero a la vez una máquina bien engrasada, en la que se saca lo máximo del producto en busca del mayor beneficio deportivo. Aquí la banca siempre gana.