Treinta años después de que se produjera el último descubrimiento, tres espeleobuceadores han corroborado lo que muchos sospechaban: que el río subterráneo de San José de la Vall d'Uixó guarda todavía muchos secretos, como estos especialistas pudieron constatar al hallar dos nuevos sifones y varias galerías que darían continuidad al recorrido conocido hasta ahora.

El sábado pasado, a instancias del concejal de Turismo y Medio Ambiente, Jordi Julià, el Espeleoclub de la Vall d'Uixó y el Grupo de Exploraciones Subterráneas Alto Palancia (Gesap) participaron en una intervención que prometía ser especial. Para ello se invitó a tres de los pocos especialistas en espeleobuceo existentes en España, uno de ellos de Segorbe y los otros dos de Madrid y Alicante. El hecho de que su presencia fuera indispensable lo imponía la propia cueva, dado que en los tramos finales explorados existen hasta 5 sifones «que solo pueden franquearse buceando», aseguró uno de los integrantes de la expedición.

La jornada fue muy intensa, como reconocen quienes se sumaron a la experiencia, unas 12 horas de investigación pausada bajo tierra en la que los espeleólogos se convirtieron en porteadores para los buceadores, dado que era necesario trasladar las botellas de oxígeno por las galerías y salas solo accesibles con equipos especiales. Los primeros pasos fueron los conocidos hasta completar los 2.750 metros cartografiados, en cuyo tramo final se tienen que superar cinco sifones, que no son más que subidas y bajadas en el interior de las galerías interiores que tienen una parte subacuática por la que solo pueden pasar los buzos.

Nuevos hallazgos

Los descubrimientos fueron la compensación para el esfuerzo. Mientras investigaban cada rincón del quinto sifón «encontraron una galería» y tras seguirla acabaron en un sexto sifón. Primera recompensa. Solo por ello ya valía la pena haber llegado hasta allí, pero no desistieron. Apoyados como estaban por un nutrido grupo de compañeros, entre los que se encontraba el mismo concejal, Jordi Julià, siguieron deteniéndose en todos los rincones y detalles hasta que finalmente llegaron a un séptimo sifón.

El equipo había hecho historia, y por si fuera poco, a todos les queda la sensación de que a través de las galerías que intuyeron se podrán seguir produciendo hallazgos, aunque después de tanto tiempo, todos eran conscientes de que ya habían rubricado un hito fundamental para el municipio.

El propio concejal que auspició la expedición lo decía el domingo por la tarde en su perfil de las redes sociales: «Hoy vamos a dormir habiendo sido testigos de la historia, gracias a todos los que habéis hecho posible saber que? Les Coves de Sant Josep continúan dentro de la tierra más de lo que se pensaba hace 30 años», y anunció dar detalles del que calificó como «día histórico».

En la misma línea se expresó el presidente del Espeleoclub la Vall, Pepe García y muchos compañeros, como Lucía Guzmán García, quien señaló que «fue un día lleno de momentos emocionantes y para el recuerdo».

Aunque la seguridad de que el río subterráneo va más allá de lo conocido parece ser compartida por expertos y profanos, faltaba por saber si el interior de la tierra iba a facilitar el acceso e iba a dejar descubrir sus secretos. Entre los proyectos actuales del club de espeleología local estaba, de hecho, encontrar una conexión con el río desde el término municipal de Alfondeguilla, donde hace algún tiempo hicieron un experimento con un líquido luminiscente que acabó apareciendo en San José.

Según confirmaron fuentes del club consultadas por Levante de Castelló, los buceadores que han realizado el descubrimiento están trabajando en la elaboración de un informe detallado y la confección de un plano en el que se definirán las distancias y el trazado de las galerías que forman parte de este importante hallazgo.

Hasta el descubrimiento del sábado, les Coves de Sant Josep tenían 2750 metros, de los cuales 800 navegables, 255 a pie y el resto no visitables. En los próximos días se sabrá a cuánto se amplía.