El repicar de las campanas con sus toques de fiesta anunciaron a primera hora de la mañana de ayer la celebración del día grande de la Sagrada Familia en la Vall d'Uixó.

Decenas de vecinos se congregaron en la iglesia del Santo Ángel para hacerse con un ejemplar de las típicas cañas que acompañan a los participantes en la romería hasta la ermita de San José.

Ya en la ermita, se celebró una misa oficiada por Mossen Antonio Sanfélix, que entre otras referencias a la familia y del papel que juega en la sociedad, enmarcó su discurso en el año de la Misericordia, en el que se reivindican valores como el perdón o el amor como el camino para encontrar la felicidad. No solo hizo referencia a la familia personal, sino a la sociedad misma, que también puede ser una familia en la que los problemas o las dificultades no pueden ser el inicio ni la motivación para las rupturas, sino para la superación. Por la tarde tuvo lugar otra de las citas religiosas ineludibles, la procesión de los patronos.

Cuando la parroquia encara la recta final del triduo religioso, las fiestas patronales se preparan para la parte más popular del programa que, según el concejal de Fiestas, Lluís Diago «mantiene la base de la tradición, pero cada edición introducen algún cambio o innovación para mejorar». Estas son las primeras celebraciones en las que Diago participa como concejal y no quiso dejar pasar la oportunidad para asegurar que las fiestas patronales «son prueba de la riqueza cultural de la que disfrutamos en nuestra ciudad, porque son unas celebraciones muy arraigadas, no solo en el barrio, sino en toda la Vall».