El Ayuntamiento de Vila-real aprobó ayer por pleno la ordenanza fiscal que regulará el impuesto de la contribución del año 2017, que, tras cinco años congelado y con una bajada del 10% en los recibos, se verá incrementado para hacer frente a los pagos de sentencias, el encarecimiento de las basuras y el aumento de los costes de mantenimiento de las nuevas infraestructuras y servicios. En concreto, la nueva ordenanza fiscal fija un incremento del 9,5% en los recibos del IBI, una cifra que, como indicaron desde el consistorioo todavía está por debajo de la reducción impositiva «histórica» de 2014.
El portavoz del equipo de gobierno, Javier Serralvo, recordó que una de las primeras actuaciones del ejecutivo local en 2011 fue «parar el desenfreno del Partido Popular en el aumento de los impuestos a los vecinos y vecinas de Vila-real». Una «sangría» que se refleja en la evolución de los datos del padrón del IBI aportada por el portavoz municipal, según la cual la cantidad recaudada de la contribución por los gobiernos del PP pasó de 7,7 millones de euros en 2003 a los 19,6 millones del padrón de 2011. En los años siguientes, ya con el nuevo ejecutivo al frente del consistorio, el padrón del IBI se mantuvo en cifras similares (19,7 y 19,8) para bajar a los 18,6 millones en 2014.
Plan económico-financiero
La modificación fiscal aprobada en el pleno de ayer es una consecuencia directa del plan económico-financiero que el consistorio se vio obligado a aprobar en junio para, tal como señalaron en su día los informes técnicos, devolver la estabilidad presupuestaria afectada por «los convenios, sentencias y contingencias derivadas de la gestión urbanística anterior a 2011» . A los gastos derivados de estos «empastres» que tienen su último capítulo en la sentencia por el jardín del Botànic Calduch, conocida la semana pasada, se suma el incremento de servicios a los que debe hacer frente el consistorio. En esta línea, el alcalde, José Benlloch, recordó que en los últimos años se han puesto en marcha «11 nuevas infraestructuras», como el Convent, espai d'art en el antiguo convento de las dominicas, el CTD, un circuito de running, la piscina del Termet, la nueva Ciudad Deportiva o el Gran Casino, entre otros. «Todas estas infraestructuras y servicios que hemos puesto a disposición de los vecinos en estos años cuestan mucho de mantener», señaló Benlloch, quien reta a los grupos de la oposición a «decir cuál de todas estas infraestructuras nuevas cerraría».
Por su parte, desde el PP alegan que la subida de los impuestos se debe al «caos económico que el alcalde está evidenciando cuando está gastando más de lo que se ingresa». Su portavoz, Héctor Folgado, añadió que «el alcalde no está dispuesto a renunciar a gastos» como comprar el Gran Casino por dos millones de euros, 12.000 ? en comidas, duplicar el gasto de protocolo o gastar más de 4.300 ? al año para actualizar el Facebook del SME.