Pocas veces en la historia del fútbol un entrenador que ha conseguido trece de los últimos quince puntos posibles ha estado en una posición tan delicada como la de Frank Castelló, el entrenador de un Castellón en conflicto perenne que visita esta tarde el feudo del Torre Levante.

El Castellón es un club al que le crecen las obligaciones de pago y en el que no abunda el dinero. La inquietud por futuros y probables impagos está condicionando la rutina de un vestuario que, por contra, está respondiendo en cada partido sobre el terreno de juego. Frank Castelló, el entrenador, se ha alistado en la filas del equipo, que por el momento le ha salvado la cabeza salvando bolas de partido. El técnico valenciano vio de cerca el despido tras tres derrotas consecutivas, pero ganó al Buñol y no ha vuelto a perder: está en el balcón de la promoción de ascenso, sexto a tres puntos del cuarto y con un partido menos, tras encadenar cinco jornadas sin derrota, con cuatro victorias y un único empate.

Por el camino, Frank Castelló ha ido moldeando su equipo. Ha suplido la lesión de Jordi Marenyà dándole carrete a Ximo Forner en la medular, donde se ha afianzado Guille Vázquez como escolta. La banda derecha vuela a arreones, con Abraham y Chema, y en la izquierda mezclan con fluidez Juanfran y Javi Zarzo. En el enganche, bien protegido, ha lucido la virtud de Lolo Ivars, detrás del nueve Esaú, por el momento en sequía goleadora. La intensidad de Enrique empasta una defensa que hoy habrá que modificar. La lesión muscular de Arturo Navarro empuja al cambio. Si quiere tocar poco su equipo, la opción lógica para el técnico es el joven Álvaro Gómez.

La solidez defensiva ha sido la clave en la remontada del equipo. En la portería, el canterano Carlos Sabater ha minimizado el problema de la lesión de Zagalá. Quien no se ha enchufado en la dinámica ha sido el delantero Rubén Fonte, escaso de oportunidades y huérfano de continuidad, antes por lesiones y ahora por decisión técnica. Ayer se quedó por sorpresa fuera de la convocatoria, dejando sitio a Yagüe. Algo cruje ahí entre jugador y entrenador en la balanza de méritos y castigos.

Enfrente aguarda hoy el Torre Levante del exalbinegro Rubén Suárez, buena piedra de toque para calibrar la solidez de la dinámica positiva. El Castellón se ha apoyado en un tramo benévolo del calendario para edificar la base de su recuperación, pero el campeonato se empina y no da tregua. Tampoco el presidente Cruz, asfixiado por las obligaciones financieras y moldeado por la corriente interna que aboga por el cambio en el banquillo. En evaluación continua, solo las victorias evitarán que, como Jorge Peris, Joan Esteva o Ramón María Calderé, sea destituido Frank Castelló en octubre, el mes de los peligros