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"Nuestra gente"

El déficit de atención, algo más que «el cuento de un niño»

Teresa Saura, presidenta de Apadahcas, lamenta que aún haya profesores y orientadores, más en institutos que en colegios, que «sigan negando la existencia del TDAH»

El déficit de atención, algo más que «el cuento de un niño»

Las cosas van cambiando, pero los colegios y los institutos siguen siendo un auténtico muro y muchos profesores prefieren mirar para otro lado. Es la realidad a la que se asoman a diario las 215 familias que integran la Asociación de Padres de Afectados por Déficit de Atención e Hiperactividad (Apadahcas) de Castelló, que desde el año 2009 mantienen una dura tarea como colectivo para quitarle la venda al profesorado y a la administración sobre el tratamiento más adecuado para un trastorno neurobiológico que afecta a cerca del 7 por ciento de la población infantil.

Teresa Saura, presidenta de la asociación, lo tiene claro. «Nuestros niños son los grandes olvidados de la escuela, molestan por su hiperactividad, porque se distraen, y los más fácil en pleno siglo XXI, para muchos profesores, es sacarlos del aula para que no molesten cuando lo más sencillo será una integración adecuada de esta diversidad educativa».

La clave es, como en tantos ámbitos de la vida, la información y la formación. «Necesitamos a profesores formados, y afortunadamente cada vez hay más, porque si son conscientes de lo que es un trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH), desde una atención educativa adecuada y con una mínima especialización podrán atender mejor a los niños y desarrollar su trabajo de manera correcta». En este sentido, Teresa Saura incide en que «si hay un niño con TDAH que molesta, que no está atento, que se dispersa, si sabes como tratarlo conseguirás llamar su atención y esto no implicará quitarle tiempo a los demás».

Son, en definitiva, «normas básicas como por ejemplo ponerlos en la primera fila para intentar captar más su interés y decirles, por ejemplo, que es un privilegio estar en pese lugar de la clase, no un castigo».

Este pasado fin de semana Apadahcas celebró sus quintas jornadas formativas, un programa que consideran necesario para formar a un centenar de estudiantes de Magisterio y de otras titulaciones para, en cierta medida, dar las claves a las futuros profesores. Neurólogos, maestros y psicólogos fueron los encargados de explicar qué estrategias deben ser aplicadas en las aulas.

Una de las charlas, impartida por la maestra de Pedagogía Terapéutica Rosario Díez, llevaba como título una frase tan sencilla como preocupante a la vez: «Estimada profesora, mi hijo tiene TDAH, ¿me ayudas?». Y es que, aunque cueste entender la realidad del a veces estancado mundo educativo, «en pleno año 2016 sigue habiendo profesores y, quizás más grave, orientadores, que niegan la existencia del TDAH y que lo resumen todo en la frase 'este niño tiene mucho cuento y solo necesitan disciplina'». No se trata de hacer un máster, «sino de seguir unas pautas de organización y de planificación y ser conscientes de la problemática».

Apadahcas realiza una gran labor durante todo el año desde su sede en el número 46 de la calle Deán Martí de la capital de la Plana, cuyo alquiler pagan religiosamente pese a la petición de un local a las instituciones. Con una pequeña subvención que reciben de ayuntamiento y diputación, la entidad se esfuerza en desarrollar escuelas de padres y madres, dar charlas con el apoyo de la Fampa Penyagolosa en colegios e institutos, talleres de reducción de estrés para las familias, actividades para los niños en temas como redes sociales, mejora de autocontrol, técnicas de relajación y estudio para adolescentes o excursiones para fomentar la convivencia.

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