El director del AICE, del que depende el Instituto de Tecnología Cerámica (ITC), Gustavo Mallol, asegura que el futuro del sector pasa por la fábrica 4.0

El sector cerámico castellonense está su posición comercial. ¿También está aumentando la apuesta por la I+D+i?

Rotundamente sí. Tras tocar fondo en 2014, en el que se desarrollaron 79 proyectos de I+D+i, 26 menos que en 2013; en 2015 se remontó hasta los 85 proyectos y, en la actualidad, en lo que va de año se están desarrollando 71 proyectos, casi tantos como en todo el año pasado. La situación es ahora más estable que otros años para el ITC, pero queremos animar a las empresas a que sigan participando en nuestras actividades.

¿Hemos recuperado ya el paso tras el parón por la crisis?

De No. La financiación pública para infraestructuras científicas está prácticamente paralizada. Aunque hay honrosas excepciones; por ejemplo el Ivace este año ha permitido dedicar una pequeña parte de las ayudas a los proyectos para la compra de equipamiento científico. En este momento no solo es importante el apoyo a proyectos de I+D, sino también a la compra y renovación de infraestructuras. La crisis ha propiciado que en los últimos años la inversión en equipamiento científico haya sido prácticamente nula. Sin equipamiento moderno y renovado los centros tienen poca viabilidad, pues son nuestras armas para investigar.

¿Se puede seguir incidiendo en el recorte de costes productivos?

Se pueden optimizar más, desde luego, y en este sentido cabe recalcar que existe una tendencia manifiesta a la simbiosis industrial, es decir, a que las empresas puedan compartir recursos organizándose entre ellas a través de plataformas o redes. En esta línea estamos trabajando en diferentes proyectos: Sharebox, que estamos llevando a cabo con las empresas del polígono de La Mina, de Nules; o el IbD. Y ambos tratan de aglutinar a las empresas para que puedan producir más con menos, compartiendo los gastos de energía, agua, gestión de residuos€ siendo de esta manera mucho más competitivos.

¿Esa es la nueva revolución?

En nuestra opinión la nueva revolución a escala industrial que permitirá reducir los costes de producción es la aplicación de la Industria 4.0 a las empresas cerámicas. La incorporación de sistemas de control de las etapas de los procesos de fabricación, la interconexión entre los sistemas de fabricación, el análisis de la información generada por el proceso de fabricación, el cálculo de los costes de fabricación en tiempo real, la conexión de determinadas secciones de la planta con los proveedores y clientes son, entre otros, aspectos incluidos en el concepto de Industria 4.0 que revolucionará los procesos de fabricación y, por supuesto, permitirán una racionalización de los costes de fabricación.

¿El ITC está trabajando en la fábrica 4.0?

La implementación de la industria 4.0 en las plantas cerámicas es el gran reto del sector, y en el ITC estamos realizando un proyecto piloto, financiado por el Ivace, para transformar una empresa convencional de fabricación de baldosas cerámicas en la ´fábrica del futuro´ incorporando sistemas de automatización, interconectando las diferentes etapas de fabricación y los agentes involucrados en el negocio (proveedores y clientes) y gestionando la información de una manera inteligente. Esta primera experiencia de aplicación de la industria 4.0 al sector cerámico, pretende ser un escaparate del potencial de estas tecnologías aplicadas a la fabricación de baldosas. El proyecto se ha iniciado durante 2016 y tendrá una duración de 2 años.

Al margen de la fábrica 4.0, ¿qué otros retos deberá asumir el sector?

Creo que uno de los próximos grandes desarrollos que tendrán lugar en el sector será la incorporación de nuevas tecnologías que permitan la fabricación de piezas de muy grandes formatos, hasta 150 x 300 centímetros.

¿Cuál es el nivel de la I+D+i del sector castellonense?

El nivel de la I+D+i del sector castellonense es muy alto, excelente diría yo; aunque sin dormirnos en los laureles. Prueba de ello es que las empresas fabricantes de fritas, esmaltes y pigmentos cerámicos y las fabricantes de maquinaria son líderes a escala mundial; las primeras por la calidad y competitividad de los materiales que fabrican y las segundas, fundamentalmente, por la implantación de la tecnología inkjet en el mundo.

¿Y las azulejeras?

Los fabricantes de baldosas han modificado su mentalidad con el tiempo respecto de la I+D+i y requieren proyectos más cercanos a la innovación que a la investigación. Es por ello que los trabajos con el sector de los colorificios se centran fundamentalmente en la implementación de tecnologías más desarrolladas y maduras: formulación de composiciones, reciclado de residuos, medida de densidad aparente por rayos X, sistemas de control automático de las prensas...