La larga fase de instrucción del caso Castellnou vivió ayer en la Ciudad de la Justicia de la capital de la Plana un nuevo capítulo, con la declaración de tres testigos: el exfutbolista José Carlos Tabares, el exentrenador y ex director de la cantera Pedro Fernández Cuesta, y Heinz Nussbaum, en condición de gerente de la Sociedad Española de Fútbol Profesional (SEFP). Entre los temas a tratar, la compra del delantero argentino por parte del Castellón, la actividad de la Fundación y las obras de la grada visitante del estadio Castalia. Cada una de las historias define la oscura gestión de los anteriores propietarios, imputados en la causa abierta por Sentimiento Albinegro, los pequeños accionistas. La instrucción, poco a poco, va arrojando luz sobre la rutina Castellnou, esa que el perito definió como «sistema organizado para expoliar los recursos que generaba el club».

Por José Carlos Tabares, el Castellón terminó pagando algo más de un millón de euros a una empresa panameña. El jugador, recientemente retirado, declaró desconocer los detalles de la transacción. Creía que sus derechos pertenecían a sus anteriores clubes (Arsenal de Sarandí y CAI, a partes iguales). En la operación investigada participaron dos agentes: Jorge Oliva desde América y José Manuel García Osuna -entonces máximo accionista del Castellón y ahora imputado en el caso- desde Europa.

El modus operandi guarda similitudes con el fichaje de Leonardo Ulloa, años después, que también está siendo investigado. Para hablar de su posterior venta al Almería estaba citado el presidente del club andaluz, Alfonso García, que excusó su ausencia a través de un fax.

También pasó por la Ciudad de la Justicia Pedro Fernández Cuesta. El madrileño fue jugador y entrenador del Castellón, pero estaba citado en calidad de testigo por sus años de trabajo en la Fundación. Cuesta declaró que su labor se limitaba al ámbito formativo y deportivo. Las cuentas de la Fundación están siendo investigadas.

Ludeña, el próximo

También despertaron sospechas las obras de la zona visitante del estadio Castalia. Por ello el fiscal José Luis Cuesta, que ayer no acudió, pidió en su día la declaración de Heinz Nussbaum, gerente de SEFP, organismo dependiente de la Liga de Fútbol Profesional que llevaba el control de las subvenciones. En el caso de las obras de Castalia, Nussbaum afirmó que había elegido la opción más barata de las tres que le presentó el club. La empresa elegida fue Reala. El administrador de la misma, Ignacio Verdoy, está investigado por supuestamente facturar al club sobre el valor real de las obras.

La próxima cita será el 27 de octubre, con la presencia del ex director general del club, Miguel Ángel Ludeña, anticipo de los platos gordos de noviembre, con los dos antiguos máximos accionistas y ahora imputados. El día 23 está llamado a declarar José Manuel García Osuna, y el 24 Antonio Blasco.