Tras su aprobación en el pleno del mes de septiembre, el Ayuntamiento de Nules ha procedido a firmar el convenio de colaboración con el Instituto de Tecnología Cerámica (ITC) que va a hacer posible que se convierta en el primer municipio de España y el cuarto de Europa en utilizar la geotermia como alternativa a otros combustibles fósiles, en el caso concreto de Nules, el gas, para calentar el agua de la piscina cubierta.

Como adelantó Levante de Castelló hace algo más de un mes, este proyecto nació en agosto de 2015, cuando el departamento de Medio Ambiente se puso en contacto con una empresa «porque estábamos buscando energías alternativas que supusieran un ahorro económico y fueran medioambientalmente sostenibles», explicó el concejal del área, Pedro Rubio. Ya entonces se planteó la posibilidad de «recurrir a la geotermia somera para calentar el agua del vaso de la piscina», pero el coste era demasiado elevado para ser asumido en solitario por el municipio. Pero hace algunos meses, el ITC contactó con el ayuntamiento para informar sobre una línea de ayudas y subvenciones europeas que podían hacer posible este proyecto pionero en Nules que solo tendría que aportar «un 12% de la inversión, unos 15.000 ?».

Básicamente, la geotermia consiste en realizar perforaciones en la tierra de unos 10 o 20 centímetros de profundidad creando un sistema de conexiones por lo que circularía el agua subterránea, consiguiendo que se convierta en energía que se conecta a la red creando calor «sin necesidad de utilizar esa agua». Rubio insistió en el hecho de que este sistema «extrae el calor natural del agua y de la tierra, sin necesidad de utilizar estos recursos naturales».

Según informó ayer el ayuntamiento a través de un comunicado, con este proyecto «que se está instalando en la piscina municipal», se favorece «la reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera». Además se detalló que el convenio se enmarca en el proyecto europeo E-USE (Europe Wide Use of Sustainable Energy from Aquifers) que tiene como objetivo «potenciar el uso extendido en Europa de la energía sostenible procedente de los acuíferos y que se está llevando a cabo gracias a la financiación del EIT (European Institute os Innovation and Technology) de la red europea Climate-KIC.

Como detalló Rubio, la colaboración tiene una duración de tres años y, de cumplirse los plazos previstos, «podría estar en funcionamiento a mediados de noviembre», porque no requiere de grandes intervenciones, ni tampoco interrumpir la actividad en las instalaciones deportivas.