Después de nueve huelgas y unas seis manifestaciones en cinco años, Castelló se vuelve a sumar a una nueva protesta contra la Ley orgánica para la mejora de la calidad educativa (Lomce). La cita será mañana a las 19:00 horas en la plaza de las Aulas y, con ella, se quiere frenar la aplicación de la reválida, única modificación que todavía se podría paralizar ya que aún no ha llegado a implantarse, según explica el responsable de Educación en el sindicato UGT de Castelló, Laureà Puig. Además de la concentración, el estudiantado se sumará a la convocatoria de huelga, prevista también para mañana.

La Lomce, aprobada en diciembre de 2013, ya se ha aplicado en Primaria, Secundaria y Bachiller y solo falta que entre en vigor la reválida, prueba de acceso a la universidad y que sustituiría a la selectividad. Tal como se recoge en el calendario del Ministerio de Educación, será en el curso 2017-2018 cuando los estudiantes de Bachiller tendrán que hacer el nuevo examen. Hasta entonces, seguirán realizando la PAU (Prueba de Acceso a la Universidad).

Puig apunta que les Corts ya han aprobado, hasta en dos ocasiones, una proposición de ley para frenar la reválida pero que no sale adelante porque el Partido Popular alega que un gobierno en funciones no está obligado a tratar estos asuntos.

La reválida centrará la huelga convocada para mañana por el estudiantado pero la Lomce incluye otros puntos controvertidos y que han sido denunciados en reiteradas ocasiones por los sindicatos al considerar que atacan al sistema educativo público y de calidad. Estos puntos son: el currículum, los conciertos, la supresión de la asignatura de Educación para la Ciudadanía, el itinerario y la merma de funciones del Consell Escolar.

En relación al currículum, UGT Castelló denuncia que el contenido de las asignaturas se haya centralizado y «venga impuesto desde Madrid». «Creemos que sería mejor elegir unos contenidos por consenso entre todas las partes de la comunidad educativa», apunta Puig.

En cuanto a los conciertos, la Lomce recupera los acuerdos con los centros que segregan el alumnado por sexos y, en lo que respecta a la asignatura de Educación por la Ciudadanía, esta es sustituida por Valores, además de que Religión vuelve a computar para hacer la media. «Esto propicia que el alumnado, sabiendo que en Religión les van a poner buena nota, cojan la asignatura para subir la media», apunta el responsable de educación en UGT.

Por último, Puig señala que el itinerario educativo programado pone continuas «trabas» para continuar con los estudios. Como hecho más «grave», Puig apunta a la pérdida de competencias del Consell Escolar que «no decidirá nada y la participación educativa quedará en manos de los directores».

Recortes y tasas

Los recortes y el incremento de las tasas universitario han sido otros de los aspectos que más controversia han propiciado entre el sector educativo. Los maestros arrastran un recorte del sueldo desde 2010 y los universitarios han visto como, curso tras curso, se ha incrementado el precio de la matrícula y los créditos por asignatura. Además, aunque aún no se ha implantado, el conocido modelo 3+2 (que los grados de cuatro años pasen a tres años y los másteres de un año pasen a dos) no hará sino «promover un modelo educativo privado, ya que los másteres serán más caros que el grado, y no todos podrán acceder a ello», reseña Laureà Puig.